César Plascencia y su ismoismo contemporáneo latinoamericano

En mi adolescencia no quería ser pintor, veía lo difícil que era vivir de la pintura (basado en la experiencia de mi padre pintor y otros pintores locales). Hasta que entendí que a la pintura hay que enriquecerla con temáticas, contenidos conceptuales y técnicas; esto me representó un reto y supe que mi decisión repercutiría toda mi vida. Ahora sé que es difícil, pero es una gran aventura”.

César Plascencia, artista.

Considerado uno de los mejores pintores nacidos en los 80 en México, César Plascencia (Guadalajara, 1986) propone, conquista y trasciende con obras “ismoistas” (utiliza varios ismos en una misma pintura).

Su propuesta artística le requiere una rigurosa investigación de estilos artísticos –como un curador– y de temáticas profundas –como un académico–.

Nacido en Jalisco, hijo de un pintor, la pintura lo vio crecer, y él creció con ella. Desde chico aprendió el oficio, pero no el estilo y el discurso, ambos los fue buscando (y perfeccionando) con los años.

Su arte invita a la reflexión sobre temas históricos, tecnológicos, filosóficos y existenciales.

–¿La vocación es innata? ¿se encuentra, construye, persigue?

Creo que en algún grado sí es innata, pero no es suficiente, es necesario construirla, el interés inicial sería la semilla, hay que sembrarla, regarla y proporcionarle condiciones óptimas para que germine y desarrolle.

–¿Cómo le describirías tu obra a alguien que no la conoce?

Mi obra es figurativa y polifacética, con tres estilos que en ocasiones se entrelazan:

Realismo fantástico. Temáticas lúdicas y fantásticas en las que desarrollo personajes como los “Cabezas de canica”.

Ismoismo. Combino distintos ismos artísticos en una misma obra, me permito ser más experimental.

Hiperrealismo y simbolismo. El tema recurrente son las manos y algún objeto o elemento simbólico según el tema desarrollado.

–¿Qué significa ser artista en el siglo XXI?

Al igual que en décadas y siglos pasados, ser artista significa hacer arte, vivir de él, servirle al arte. Ahora tenemos avances tecnológicos como el internet y las telecomunicaciones –ambos cada vez más sofisticados–, así como la globalización, lo que permite llevar propuestas artísticas lejos y rápido.

–¿Por qué elegiste tu estilo? ¿es necesario diferenciarse con uno?

La elección del estilo no sucede de la noche a la mañana, es algo que se va forjando conforme se va trabajando. Desde que comencé a pintar sentí afinidad por el surrealismo, a la par de trabajar con el realismo fotográfico; tuve curiosidad por estudiar otros ismos pictóricos y fue entonces que decidí tener más de un estilo, trabajar tres tendencias. Ahora tengo mayor libertad creativa ya que algunas ideas tienden al realismo fantástico desde su concepción, otras las desarrollo hacia el hiperrealismo, o la tercera tendencia a la que he llamado ismoismo. En mi caso no podría tener solo uno, estaría coartando mi creatividad.

–¿Qué intentas expresar en tus pinturas?

En las obras ismoistas el mensaje de fondo es la comunión de los distintos puntos de vista.

En las piezas de realismo fantástico como los “Cabezas de canica”, los personajes están en el presente y muestran destellos de lo que hay en su interior.

En las pinturas hiperrealistas procuro tener composiciones sobrias acompañadas de un simbolismo conceptual.

–¿Qué artistas han influenciado tu obra?

Crecí leyendo los libros de mi padre sobre obras maestras de la pintura, ahí conocí a los surrealistas Salvador Dalí y Max Ernst, los impresionistas Renoir y Monet, los futuristas, entre otros. Fueron mi influencia inconscientemente; de los que tengo una influencia consciente es de los hiperrealistas István Sándorfi y Javier Arizabalo.

–¿Qué es lo más difícil al pintar?

He aprendido que cada tendencia o ismo artístico tiene sus dificultades. Por ejemplo, en un fotorealismo hay que poner especial atención en la forma, los tonos, la atmósfera, los detalles en general. Mientras que en un expresionismo la complejidad estaría en la soltura de los trazos, la expresividad pictórica, la crudeza del color y las formas. Lo mas difícil es quedar satisfecho con el resultado.

–¿Qué es lo más satisfactorio al pintar?

Cuando estoy terminado la obra, los últimos detalles, alejarme para verla completa.

–¿Qué le da valor al arte? ¿trayectoria, calidad, temática, formato, galería, mercado?

Sin duda la combinación de todo lo anterior. Sin embargo trayectoria y calidad se van forjando conforme se va trabajando; mercado y coleccionistas también influyen.

–¿Prefieres que tus obras estén en museos o colecciones privadas? ¿por qué?

Las obras en los museos proporcionan mayor visibilidad y validan la trayectoria, pero son las colecciones privadas las que patrocinan la carrera del artista; ambos son importantes y complementan la carrera del artista. Veo natural y necesario los dos.

–¿Las obras encuentran hogares, o las personas encuentran obras?

Nosotros hacemos las obras esperando que encuentren un hogar, pero son las personas quienes encuentran las obras.

–¿La trascendencia es tema importante para ti? ¿por qué?

En un principio sí fue importante, ahora la veo como una suma de sucesos. Hoy considero mas importante enfocarme en la producción del tiempo presente, la trascendencia en el tiempo será resultado de lo que se haga en este momento.

–¿Qué opinas de las casas de subastas y ferias de arte?

Son grandes plataformas de exhibición y venta, concentran gran cantidad de obras y espectadores. A las ferias las veo como eventos sumamente recreativos, donde se puede ver mucho arte, antiguo y contemporáneo de multiples disciplinas.

–¿Cómo destacar en un mercado globalizado?

Empleando las mismas herramientas de la globalización: medios de difusión y comunicación.

–¿Cuál podría ser el título de un libro sobre tu vida?

No lo sé, espero llegar a la vejez y hacer un análisis retrospectivo para definir el título.

*El autor es fundador y director de la galería internacional de arte contemporáneo Héctor Díaz.

hello@hectordiaz.art