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Arte e Ideas

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El “malvado” Ricardo III recibirá digna sepultura

El estudio forense que sirvió para identificarlo pone en duda la legitimidad de los Tudor.

Londres, RU. Los ganadores escriben la historia y la mala reputación que Ricardo III debe a Shakespeare es un ejemplo, pero la restauración de su honor dará un paso el jueves, cuando reciba sepultura en la catedral de Leicester.

Los arqueólogos hallaron sus restos bajo un estacionamiento de esta ciudad del centro de Inglaterra en el 2012 y éstos serán enterrados en la modesta pero hermosa catedral, en un féretro construido por uno de sus descendientes.

El rey murió el 22 de agosto de 1485 en la batalla de Bosworth después de reinar un par de años. Fue enterrado en un monasterio franciscano que fue demolido en 1530 y el rastro de su sepultura acabó perdiéndose hasta que fue hallada hace tres años.

El féretro abandonó este domingo la Universidad de Leicester y recorrerá los lugares de la batalla para acabar entrando en la catedral por la noche.

La capilla ardiente se abrirá al público hasta el miércoles y el jueves será enterrado.

El entierro, dentro de la catedral, del último rey de la dinastía Plantagenet culminará una semana dedicada a este rey que varias asociaciones pugnan por rehabilitar, sin contar lo que puede aportar al turismo de Leicester.

La muerte a los 32 años de Ricardo III (monarca entre 1483 y 1485) puso fin a la Guerra de las Rosas, entre la casa de York y los Plantagenet.

Tras su muerte, la corona pasó a Enrique VII y los reyes de la dinastía Tudor que, con ayuda de William Shakespeare y otros cronistas, describieron a Ricardo III como un villano brutal y jorobado que no se detenía ante nada, llegando a asesinar a sus dos jóvenes sobrinos para asegurarse el trono.

Hoy sus supuestas maldades son relativizadas: Como rey, Ricardo llevó una vida humana. Fue un hombre valiente y de visión. En su vida hubo dolor y traición. Su vida es un espejo de la nuestra, el bien y el mal , reza el comunicado de prensa de los organizadores del entierro.

Evidencia forense pone ?en jaque a dinastía real

El hallazgo de los restos de Ricardo III dio mucho juego a los historiadores. Gracias a análisis forenses y genéticos se descubrieron infidelidades en la línea de sucesión al trono que culmina en Isabel II y también cómo murió en la batalla de Bosworth.

El estudio de ADN, que confirmó que los restos hallados eran los del rey, reveló que el verdadero padre de uno de sus descendientes no era quien se creía.

El hallazgo abre la posibilidad de que alguno de los reyes y reinas de la línea hasta la actual Isabel II lo fueran ilegítimamente, aunque es imposible saber en qué momento se produjo la ruptura.

El estudio afecta a la legitimidad de Enrique IV, Enrique V, Enrique VI y de toda la dinastía Tudor , empezando por Enrique VII y siguiendo por Enrique VIII, Eduardo VI, María I e Isabel I.

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