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Lo que se juega en la COP26: estar vivos o ser ricos. No hay plan B

México llegará a la cumbre climática con retroceso en su agenda ambiental, principalmente porque no hay interés en la administración federal por atender el cambio climático, a pesar de la vulnerabilidad existente, asegura Jorge Villarreal, director de Política Climática en la ICM.

June,7,,2020,,Brazil.,In,This,Photo,Illustration,The,2021Copyright (c) 2020 rafapress/Shutterstock. No use without permission., Shutterstock

La pandemia mal que bien nos obligó a ver qué era lo verdaderamente transcendental de manera general ¿Lo importante es estar vivos o ser ricos?

De aquí a 20 años los problemas serán la falta de agua, la seguridad alimentaria, cambio climático que trae consecuencias como huracanes, inundaciones, sequías, bajas y altas temperaturas, desaparición de especies que impactan en el equilibrio ecológico, esto provocará mayores problemas de salud y más migración que las propias guerras o el petróleo, pero irónicamente son a causa de los combustibles fósiles.

Lo que se estará peleando en la próxima Conferencia de las Partes (COP26), a partir del 31 de octubre en Glasgow,  es vital, aseguran especialistas en la materia, porque estamos hablando de un plazo muy corto para darle la vuelta a las políticas actuales, que haya un verdadero compromiso de retirar los combustibles fósiles, no solo mitigar gases de efecto invernadero, sino de hacer una transformación hacia un modelo que no use petróleo y queme combustibles.

Para ello, en voz de Giannina Santiago, de la Asociación Independiente de Latinoamérica y el Caribe (AILAC),  tres temas serán clave en las negociaciones y de impacto para todos los habitantes del planeta:

1. Elementos de accionar colectivo. “El punto de quiebre que hubo entre París y Kioto, es que en Kioto (hicieron) una lista de países ricos y lo que tenían que hacer; en París, (se estableció que) todos tenemos algo que hacer”, desde Guatemala, México o Estados Unidos. “Todos los países tienen que emprender una senda de transformación y poner una contribución nacionalmente determinada (NDC, por su sigla en inglés) para ponerse en la trayectoria hacia la carbononeutralidad en el 2050”.

“Si vamos en la senda de argumentar qué es lo que nos hace particularmente vulnerables, eso se vuelve una excusa para dejar de hacer lo que nos toca. Como lo dijo John Carry, ‘París es un monumento a la diferenciación, te permite dibujar tu propia historia siempre y cuando esa historia tenga el mismo norte’”.

2. Mercados de carbono. “Acá nos vamos a jugar la credibilidad de este sistema y el uso y alcance que le dan los países frente al cambio climático”. Cuidando en no generar incentivos económicos que en la práctica no se reflejen en la realidad. Se debe buscar el equilibrio entre lo técnico y lo político. “Esto no es el infierno, pero el camino al infierno está lleno de buenas intenciones”.

3. El financiamiento climático. Importante para nuestra región, los países desarrollados no han cumplido y los países en desarrollo tienen sobreendeudamientos. Luchar contra la pobreza o contra el cambio climático es una discusión difícil pero a final de cuentas estamos hablando de la misma cosa y eso hay que hacerlo notar. Es importante que esta discusión del financiamiento no sea sólo un número sino del ecosistema financiero y cómo las inversiones públicas y privadas van a estar alineadas con los objetivos a largo plazo y cómo se va a caracterizar ese financiamiento para países en desarrollo.

Retroceso en la agenda mexicana ante la COP26

México en el pasado impulsó temas como el financiamiento climático, con el fondo verde del clima, además había tenido un rol protagónico, constructivo y respetuoso desde un ejercicio de diplomacia; sin embargo, el papel que tuvo México en el pasado se perdió por completo, asegura Jorge Villarreal, director de Política Climática en la Iniciativa Climática de México (ICM).

Particularmente porque no hay un interés en la administración federal para poder atender el cambio climático a pesar de la vulnerabilidad existente y las desigualdades e inequidades que también persisten en México y que son profundizadas por el impacto del cambio climático.

Como ejemplo, los compromisos que ha colocado México de cara a la COP26, es una reducción del 22% en la emisión de gases de efecto invernadero (GEI), esto sobre una línea base tendencial; sin embargo, para estabilizar sus emisiones tendría que hacerlo prácticamente a la mitad (55%) sobre la línea base tendencial para el 2030. “Este compromiso incluso ya fue suspendido por el Poder Judicial, debido a que carece de ambición y carácter de progresividad, actualmente el gobierno tendrá que hacer una revisión para aumentar el nivel de compromiso, pero se espera relativamente poco, en realidad”.

El proyecto emblema en materia de medio ambiente es Sembrando Vida, que lo que ha generado en la realidad es deforestación”.

Aunado a ello, la Secretaría del Medio Ambiente, quien encabeza los esfuerzos en materia de cambio climático, ha disminuido en presupuesto. Además el gasto público para 2022 en la materia destinará 60% a la construcción de plantas de ciclo combinado. También se desmantelaron los mecanismos institucionales para canalizar financiamiento climático, “hoy no hay las herramientas e instrumentos adecuados para la trayectoria del 1.5% de reducción de GEI”.

Finalmente hay una propuesta de reforma en el sector energético que contraviene el esquema actual y que ha permitido una mayor penetración histórica de energías renovables, “se vuelve a centralizar el esquema energético en la CFE, y por cómo se prevé el despacho energético no habrá un incremento en la capacidad instalada para energías renovables, al menos hasta el 2027”, concluye Villarreal.

¿Qué es la COP?

Es el órgano supremo de adopción de decisiones en favor del medio ambiente y contra el cambio climático. Aquí todos los Estados Parte, incluido México, examinan la aplicación de cualquier instrumento jurídico, institucional y administrativo que se adopte en favor del tema.

México y el cambio climático

México ocupa el lugar 13 en emisiones globales de CO²  y, si no hacemos nada, hacia el 2030 las emisiones estarán alrededor de una gigatonelada (1 millón de Tm), lo que significa más que las emisiones totales de Reino Unido, equivalente a las emisiones de Japón, o a todo el sistema de transporte (marítimo, aéreo y terrestre) de la Unión Europea.

En contraste, más del 80% de los municipios han sido catalogados como altamente vulnerables al impacto del cambio climático. En 2020 el país rompió récord de huracanes en la costa del Atlántico con más de 20, hay sequía persistente en un tercio del territorio nacional y zonas donde los fenómenos meteorológicos extremos se han agravado por los efectos del cambio climático, afectando a la gente con mayor vulnerabilidad económica, por sexo, edad y geografía.

nelly.toche@eleconomista.mx

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