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Arte e Ideas

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Psiquiatría y el? “códice satánico”

El DSM-V será leído como un catálogo sobre la cotidianidad humana, pobremente asimilada, de un universo paralelo complejo e inclasificable.

Un maestro de cardiología, no hace mucho, reconvenía al aprendiz que osaba dudar de sus certezas diagnósticas ,queriéndose valer de la cita de algún autor famoso, diciéndole: quien escribe libros, no ve pacientes.

Ningún estudiante se atrevió a preguntarle cómo fue que desarrolló semejante tirria contra los autores de los textos médicos.

Quizás era pura envidia. Sin embargo, sus pacientes lo tenían en alta estima y para quienes fuimos sus alumnos nos parecía un clínico acertado.

Evoco este curioso pasaje porque acaba de publicarse la nueva Biblia de la Psiquiatría, el DSM-V, o quinta edición del Manual Estadístico de Clasificación de Trastornos Mentales, de la Asociación Psiquiátrica Americana.

Desde hace varias décadas las diferentes versiones del DSM han sido los códices más influyentes para reconocer, nombrar y validar las imperfecciones, carencias y desviaciones de aquellas personas que pudieran albergar - en los entresijos de sus mentes (aunque nadie sabe cómo precisar el concepto de trastorno mental) - las evidencias contabilizables de cientos de síntomas y conductas anormales para darles un respetable acomodo clasificatorio. De aquí derivan todos los membretes diagnósticos que son el punto de partida de los tratamientos psiquiátricos que deberán seguirse, según supuestas evidencias científicas.

Lo curioso es que ninguno de los autores del DSM, desde sus primeras versiones, ha incluido jamás una hipótesis o teoría científica explicatoria fundamentada sobre el origen de los trastornos mentales. Seguramente, nadie querrá meter la pata.

Creo que, en un futuro cercano, el DSM-V será leído - con asombro – como una especie de catálogo detallado sobre la cotidianidad humana, pobremente asimilada, de un universo paralelo, complejo e inclasificable.

Todo ello a pesar de las evidencias del prolongado estancamiento científico de la psiquiatría y de una poderosa industria farmacéutica que sigue cosechando ganancias millonarias, gracias a su mercadotecnia que promueve la prescripción masiva, éticamente cuestionable, de psicotrópicos y a muchos médicos desinformados y cuidadosamente cohechados.

Lo cierto es que aún no conocemos nada del sustrato molecular y celular de las enfermedades mentales. La experimentación en animales no predice la eficacia de medicamentos psiquiátricos, no existen marcadores biológicos que validen los efectos terapéuticos, un alto porcentaje de enfermos no mejora a pesar de tratamientos farmacológicos prolongados y, además, las grandes clasificaciones internacionales de enfermedades mentales (DSM y CIE) son cuestionadas tanto por la sociedad como por muchos psiquiatras inconformes.

En la Edad Media, un monje benedictino hizo un monumental pergamino llamado Códex Gigas o Códice de Satanás, considerado la octava maravilla del mundo. Además de la Biblia, este libro gigante incluía curas naturistas, encantamientos mágicos y tratados médicos. Era tan formidable que llegó a decirse que su autor había recibido ayuda del Diablo, a condición de que su azufrosa imagen apareciera entre sus páginas.

Hoy el DSM-V nos demuestra que se siguen escribiendo nuevos Códex Gigas. Si no ahora bajo influencia diabólica, sí a cambio de un puñado de dólares.

rozanes@prodigy.net.mx

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