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Arte e Ideas

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Se recupera el mercado del libro, pero aún está lejos de estabilizarse

Datos de Nielsen Bookscan México al primer semestre del año, registran que el volumen de ejemplares creció 19.7% respecto al periodo anterior, y 37%, al del 2020, pero la facturación con incremento del 27.5%, sugiere que el precio de los libros aumentó.

Un 40% de los editoriales en el país han ajustado sus precios al alza

A dos años y medio del inicio de la pandemia, con menos tropezones por el cierre de puntos de venta físicos, la industria editorial en el sector de la venta de libros impresos hacia el público final en México se ha recuperado, pero aún no ha alcanzado los niveles ideales.

Si bien los números en términos prácticos han mejorado si se comparan con el 2021, un año que fue favoreciendo al sector según el avance de las campañas de vacunación, y con el 2020, el año más aciago de la industria que dejó un vacío de más o menos -20%, las condiciones aún no terminan por cuajar.

De acuerdo con Nielsen Bookscan México, agencia con una cobertura estimada del 80% de los puntos de venta en el país, con cifras recopiladas hasta el cierre de la semana 26 del 2022, es decir, hasta el 2 de julio pasado, y compartidas con este diario, al primer semestre del año se han vendido 9 millones 108 mil 691 ejemplares impresos que representan un incremento del 19.7% en la venta de libros físicos comparado con mismo periodo del año pasado.

Y de acuerdo con cifras reportadas por este diario en ediciones precedentes, frente a 2020 esos poco más de nueve millones de ejemplares vendidos hasta el 2 de julio representan un estimado del 37% a favor.

Crece la facturación

Ahora bien, en términos de valor, la venta de libros físicos, en el sector que alcanza a sondear Nielsen hasta el primer semestre del año, ha alcanzado los 2,316 millones 563 mil 871 pesos que representan un incremento del 27.5% comparado con los ingresos económicos por venta de libros físicos durante el primer semestre de 2021.

Por otro lado, la facturación semestral del presente año frente al mismo periodo de 2020 es constancia de un incremento del 46%. Es necesario recordar que fue precisamente en el primer semestre del 2020 cuando se dieron las semanas más difíciles para la industria, con el cierre de librerías y puntos de venta por el semáforo epidemiológico en rojo.

El que la recuperación por facturación hasta la mitad del 2022 comparada con el mismo periodo de 2021 sea del 27.5%, mientras que la recuperación por la venta de unidades sea menor (19.7%), sugiere que ha habido un incremento del precio de los libros al usuario final.

El lector no lo resiente: RELI

En la edición del pasado 13 de julio, el director del sello Grano de Sal, Olmo Balam Juárez, compartía con este diario que la escasez de papel y un incremento entre el 20 y el 30% del costo de los servicios de impresión, en medio de una tormenta que persiste y en la que los precios se ajustan con constancia, han obligado a algunos editores a encarecer el precio del libro o bien a reducir la previsión de novedades, entre otras medidas aún de crisis.

Pero, ¿qué tanto han impactado los ajustes del precio del libro impreso a los  eslabones que más lo pueden resentir, como las librerías de barrio?

Consultada sobre el tema, la presidenta de la Red de Librerías Independientes (RELI), Claudia Bautista, calcula que un 40% de los editoriales en el país han ajustado sus precios al alza y han enviado a los libreros sus listas de costos actualizadas.

“Pero también vemos que si bien han subido los precios de algunas editoriales, estas han publicado obras de un alcance económico más general”, comparte, con ediciones mucho más sencillas, de pasta blanda y otras alternativas que permiten bajar los costos. Es el caso de Ediciones Akal México, ejemplifica, que en este contexto ha lanzado ediciones infantiles que permiten poner en el mercado ejemplares de hasta 100 pesos cuando en promedio sus libros de interés general, con temas de Humanidades, oscilan los 500 pesos. “Es decir, sí suben por una parte sus precios, pero sacan colecciones que son mucho más accesibles y para públicos a los que no se dirigían”.

No obstante, reconoce la vocera de los libreros independientes, en este momento para el lector final no ha pesado tanto el aumento del precio de aquellos libros que han incrementado. Es decir, “en términos generales, sí hemos visto una recuperación de las ventas en comparación con el año pasado y ni se diga del antepasado. La gente va sintiéndose más segura para ir a los sitios y escoger libros”.

Pero señala que esa recuperación tampoco ha sido el salvavidas que se anticipaba a esta altura de las circunstancias, mucho menos para los vendedores de barrio. “No hemos tenido esta bonanza de la que tanto se habla. Nosotros no participamos de esa subida tan drástica, para empezar porque las librerías independientes tienen una participación nula o mínima en mercados como el digital”. Razona que las cosas están lejos aún de estabilizarse para la cadena productiva del libro.

ricardo.quiroga@eleconomista.mx

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