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Arte e Ideas

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Y se juntó la palomilla

Normalmente, en las fiestas populares uno ve parejas bailando o familias? dándose la vuelta. En esta foto, aparecen solo hombres afuera de un salón que no es una cantina ni una pulquería.

Ya se acaba septiembre. Como dice la conseja popular: ya se acabó el año. Las tiendas no tienen vergüenza vendiendo santacloses antes de que siquiera pasen nuestros muertitos. Así es esto del capitalismo salvaje.

Me llamó la atención la foto que hoy corona esta ?sección de Archivo Gustavo?Casasola. Es una fiesta popular en un barrio de la Ciudad de México a principios del siglo pasado. Normalmente, en las fiestas populares uno ve parejas bailando o familias ?dándose la vuelta. En esta foto, aparecen solo hombres afuera de un salón que no es una cantina ni una pulquería.

Todavía en la época de la infancia de mi padre (los 50), las pulquerías, aunque tuvieran su apartado femenil, eran el punto de reunión de los hombres donde se comentaba el punto y se contaba la puntada del día.

La pulquería de Santa Julia, el barrio de la infancia de mi papá, se llamaba La Comadre del Barrio, y como en las fotos, en ella siempre había reuniones varoniles de trabajadores de la zona, gente desocupada y chismosos en general. Imagino que en las fiestas populares (la del 12 de diciembre, día de las lupitas; es la favorita de Santa Julia, hay concurso de altares y todo), La Comadre del Barrio se vería como este salón popular lleno de hombres con ganas de fiesta o de camorra.

Se juntó la palomilla. A correr, porque habrá desmadre.

concepcion.moreno@eleconomista.mx

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