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Capital Humano

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Rechazo constante de propuestas en el trabajo, ¿eres tú o es la organización?

La negativa recurrente a las ideas planteadas por el personal puede causar frustración y desmotivación individual, pero también es un elemento que deteriora el ambiente laboral y la productividad de los equipos.

No. No ahora, no así. No. El constante rechazo de las ideas en el trabajo afecta a quienes las proponen, pero también a las empresas, coinciden especialistas en Recursos Humanos y en liderazgo. La negativa constante provoca efectos psicológicos y emocionales que, a su vez, ocasionan pérdida de motivación, creatividad, eficiencia y productividad.

Ahora, es cierto que este tema está cargado de subjetividad sobre la conveniencia de la propuesta: es viable o no, es buena o mala, va con la empresa o no. Sin embargo, detrás de la discrepancia en puntos de vista podría haber violencia laboral. Es decir, puede ser indicativo de dinámicas de poder abusivas o de un entorno laboral tóxico.

Reconocer y abordar este asunto puede ayudar a quienes buscan construir entornos de trabajo más justos, inclusivos y productivos. Pero también a las personas trabajadoras que están pasando por un momento así en su carrera profesional, coinciden Ivonne Borden, especialista en cultura y bienestar organizacional, y Grisell Sordo, consejera de mujeres en el mundo corporativo.

“Es curioso, aquellas personas que suelen tener un desempeño sobresaliente o ‘diferente’ son las que suelen ser el blanco de algún tipo de acoso u hostigamiento laboral”, reflexiona Ivonne Borden, fundadora de la consultoría Agregando Valor.

“Es un tema complejo, porque hay una línea muy sutil entre si el rechazo es direccionado contra mí o mi líder lo hace con todo el mundo”, dice Grisell Sordo, quien además es especialista en diversidad e inclusión y desarrollo de liderazgo.

Puede ser también que las propuestas no estén lo suficientemente afianzadas, las ideas no van con la misión de la compañía, o se debe a que el pensamiento tradicional casi siempre gana las batallas y las propuestas disruptivas no son fácilmente aceptadas.

“Antes de entrar en el círculo de la frustración hay que revisar cómo es mi comunicación”, aconseja Grisell Sordo. Desde el lugar de liderazgo, puede ocurrir que se giren instrucciones vagas o que continuamente la persona cambia de opinión, señala. Y desde el sitio de las personas trabajadoras puede pasar “que no haya una buena escucha”.

Luego, recomienda, hay que analizar si es forma o es fondo. “Una cosa es que te digan que tu propuesta no le convence, y otra es que te pidieron algo sin explicarte bien y cuando lo entregas no luce exactamente como el líder lo tiene en su mente. Puede ser que estén pasando las dos”.

Consecuencias del rechazo continuo para trabajadores

La psicóloga Ivonne Borden, asesora en temas de salud mental, riesgo psicosocial y cultura organizacional, identifica tres diferentes consecuencias del rechazo constante en las personas trabajadoras.

La primera es que “se escapan. Una vez que te das cuenta que tu jefe o tu entorno laboral no va a cambiar, eliges muy sanamente irte de ese lugar, es cuando vemos la fuga de talento”

El segundo efecto es la resignación. La necesidad de contar con un ingreso económico o “que todo el mundo te dice que estás en una gran empresa y no hay que desaprovechar la oportunidad" mantiene a muchas personas en la misma situación.

En psicología, explica, esto “se llama desesperanza aprendida. Al darte cuenta que el entorno no da para más, dejas de proponer; te das cuenta que hay soluciones a un problema, pero sabes que no te van a escuchar, así que ya no las dices. Y, peor: pierdes la confianza en ti, dudas de tus capacidades, te minimizas y crees que algo está mal en ti”.

La tercera es la más peligrosa, dice. “En psicología se llama identificación con el agresor. Después de tantos rechazos empiezas a repetir la conducta y ahora tú rechazas todo lo que proponga tu equipo o tus compañeros. Te conviertes en esa persona que invalida, te vuelves en parte del sistema”.

Las consecuencias para la empresa

Esta dinámica muchas veces no es consciente, señala Ivonne Borden, pero provoca factores de riesgo psicosocial en las empresas. Además de afectar la motivación, reduce la innovación y la productividad.Se mantienen los procesos o formas de trabajo y el ambiente se vuelve hostil, agrega. Todo lo anterior, así como la fuga de talento, "conlleva gastos para las empresas".

Pero cuando esta conducta no se limita a una sola persona y es parte de la cultura de la organización, “se tienen que hacer una reingeniería, cambios desde la estructura”.

La especialista recuerda que esto puede pasar tanto en los centros laborales del sector público como privado. No osbtante, es “muy frecuente en empresas familiares” y menos recurrente en las empresas trasnacionales debido a que hay un gobierno corporativo y áreas de implementación de procesos que evitan que eso suceda, aunque eso no significa que nunca ocurra.

¿Cómo identificarlo y qué hacer?

Las mujeres, las personas racializadas (de pueblos originarios o afrodescendientes), empobrecidas, o con discapacidad, así como quienes pertenecen a la población LGBTTIQ+ son grupos históricamente discriminados. Por lo tanto, sus propuestas pueden no ser vistas con la misma seriedad “que la de un hombre cis blanco”.

En el caso de las mujeres, apunta Grisell Sordo, es muy común que algunos hombres se apropien de sus ideas, y cuando son presentadas por ellos sí sean aceptadas.

La asesora recomienda que las personas que están pasando por una situación de rechazo continuo de sus propuestas se formulen estas dos preguntas para descubrir si se trata de puntos de vista diferentes o es una acción puntual contra ellas:

•          ¿Siempre me pasa lo mismo?

•          ¿Me pasa sólo a mí o al resto del equipo?

Si resulta que el o la líder está incurriendo en este tipo de sesgos, “tendrías que ampliar tu red de apoyo y encontrar aliados, ya sea en tu equipo, en mandos superiores, en tus pares de otros equipos. Porque navegarlo en soledad es complejo e incluso te puede llevar a salir de ese empleo que te gusta”, dice Grisell Sordo.

También recomienda documentar todo, porque “alguien podría aprovecharlo para desvincularte de la empresa o congelarte en una posición”.

Grisell Sordo, quien es también coach de vida, aconseja “perder el miedo al rechazo”. Haz preguntas, dice, “muchas veces aceptamos el ‘no’, nos damos la media vuelta y no preguntamos ¿por qué? No te conformes. Si tu idea es buena, pregunta más, es responsabilidad de tu líder darte una explicación. No dejes que tu moral baje, el que una persona rechace tus proyectos no significa necesariamente que  tús estás mal”.

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