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Lectura 4:00 min

Barrios se bañó en oro en los 5 mil metros

Juan Luis respondió a su condición de favorito y tras una gran prueba se colgó el oro en los Panamericanos de Guadalajara.

Guadalajara, Jal. Se trata de paciencia. De decisión. De entrar al tartán sin duda alguna. Y funciona, de veras que sí. Y si alguien, por desconfianza, no lo cree, tendría que preguntarles a Marisol Romero y Juan Luis Barrios que se encargaron de demostrarlo.

Primero Marisol. Diez años y 10,000 metros. Diez de los 28 que tiene de vida y la paciencia no se agotó para vivir el momento, ese en el que mano en pecho, sintió el oro como un péndulo en el cuello. Marisol Romero from Mexico, first place , dice el agringado del sonido local. A su rostro infantil le surge de forma genuina la sonrisa.

Fresca en su caminar, reconoce que no hubo rival para los Juegos Panamericanos, porque cuando por la mañana saltó de la cama, se despabiló, tomó sus tenis y adiós. Atrás quedaba la licenciada en Turismo, atrás la campeona centroamericana de Mayagüez 2010, en el maratón.

Atrás, su fallido intento de clasificar a la prueba del Maratón en Panamericanos. Atrás marcas, atrás miedos, atrás todo. Acostumbrada a ir siempre adelante sabía, porque ya lo había decidido, que saldría al tartán sólo a ponerse la medalla, que hoy era la atleta mexicana de oro y nada más.

Se encomendó a Dios, se aferró a su fe. Pensó en su familia, sus padres, sus hermanos, en ellos veo día a día el esfuerzo y eso es lo que me ha enseñado a trabajar .

Aferrada, con esas uñas coloreadas en perfecto rojo, estuvo a su sueño, tal como lo estuvo también a la bandera mexicana, que hizo suya tras haber dominado los 10,000 metros. Adelante, siempre como acostumbra ir, llegó ella.

Sencillamente, porque por la mañana, cuando se despertó, así lo había decidido, como también había resuelto ser licenciada en Turismo. Y salió a atacar. Nadie tan decidida como ella. Resumió en 34 minutos, 22 segundos y 44 centésimas su objetivo en la vida. Porque le gusta siempre llegar primero. Y lo hizo, llegó 15 segundos antes que la brasileña Cruz da Silva (plata) y 32 segundos antes que Beatriz Caballero (bronce).

Llegó y lo hizo como la mejor. Simplemente porque por la mañana abrió los ojos y así lo decidió.

Segundo. Juan Luis Barrios. Qué inoportuno el día en que Juan Luis quiso dejar los 5,000 metros. Porque las pruebas de fondo, hay que recordarlo muy bien, se ganan con paciencia. A Barrios le habían llegado las ganas de probar en el maratón.

Buscaba incrementar el trabajo de resistencia porque a los 5,000 metros los encontraba aburridos ya. Así lo hizo y debutó en el Campeonato Nacional este año y logró una marca de 2:24.20 horas.

Pero regresó Juan Luis, primero a los 10,000 en mayo, en California, donde logró un crono de 27:30.68 minutos y se convirtió en el cuarto hombre mexicano en la historia que supera la barrera de los 28 minutos en esta distancia.

Al mes siguiente, Barrios logró un crono de 13:09.81 minutos en la Diamond League de Nueva York, culminó en el quinto sitio y quedó a dos segundos de mejorar el récord mexicano de esta distancia, que aún ostenta Arturo Barrios.

Le perseguía el destino a Juan Luis, el único que en realidad logró alcanzarlo ayer. Porque no era suficiente su plata en Rio 2007, ni el oro en los Juegos Centroamericanos de Mayagüez, ni el séptimo lugar en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, donde superó incluso al entonces campeón mundial, el estadounidense Bernard Lagat.

Lo alcanza el destino a Barrios, Juan Luis, como inscribe la lista de salida. Lo alcanza aunque quiere correr, se despega, deja atrás a los 14 restantes, deja atrás los problemas que casi lo dejan fuera de los Panamericanos y se concentra. Entiende ya aquello de la paciencia. Encuentra en los 14:13.77 minutos la respuesta a esa pregunta formulada en sus 18 años de carrera: ¿valdrá la pena intentarlo? Sí, Juan Luis, sólo es cuestión de esperar.

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