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Clarke, el veterano incansable

El norirlandés participó por 20 años en el Abierto Británico pero fue hasta ayer que logró conseguir el triunfo al completar la ronda final con 70 golpes, par de campo y finalizar con 275 impactos, cinco bajo par.

El norirlandés participó por 20 años en el Abierto Británico pero fue hasta ayer que logró conseguir el triunfo al completar la ronda final con 70 golpes, par de campo y finalizar con 275 impactos, cinco bajo par los que le dieron su primer Major el cual dedicó a su esposa y al fallecido golfista español Severiano Ballesteros

Darren Clarke es la viva muestra de que con perseverancia las cosas llegan tarde o temprano. El norirlandés pasó poco más de la mitad de su vida buscando lograr el primer Major de su carrera y ayer, mientras el clima le gastaba una traviesa broma, por fin, Darren consiguió la victoria del Abierto Británico.

Así tenía que ser. A sus 42 años y 337 días, Clarke había pasado 20 de ellos participando en un torneo que hasta ayer por fin se puso a sus pies. No obstante, no ha sido fácil. Durante estas dos décadas, el veterano golfista ha hecho mucho más que simplemente concentrarse a jugar golf y ganar torneos pues con el de ayer, sólo suma 22 victorias profesionales, tres de ellas en el PGA Tour.

Apenas hace seis años, Darren parecía estar perdido. No había sido un fracaso en su carrera ni una lesión la que ponía en peligro que el mundo del golf perdiera a tan talentoso jugador, sino más bien la muerte de su esposa 2006 por cáncer de mama.

Viudo y con un par de niños por los cuales vivir, Clarke tomó fuerza en el recuerdo de su esposa, Heather, para seguir adelante. Heather era una fiel aficionada a la Ryder Cup, y apenas seis semanas después de haber despedido a su compañera de vida, Darren decidió participar en el torneo que ganaron los europeos ese año.

Camino difícil

No obstante, la pérdida de su mujer lo hundió en una profunda depresión que lo llevaron a volverse adicto a los cigarros y el alcohol. El alivio duró poco. Unos años después, los estragos de su adicción comenzaron a afectarle físicamente.

Clarke cayó en cuenta que a sus 40 años era rebasado por jóvenes golfistas de buena forma física que amenazaban con quitarle su puesto como capitán en el equipo europeo de la Ryder Cup. Fue entonces que el veterano tuvo que decidir entre seguir con su vicio o regresar a su mejor nivel. Y regresó, aunque aún gasta 40,000 dólares al año en cigarrillos.

Pero el norirlandés no sólo volvió para seguir en su incansable búsqueda del título del Abierto Británico, sino para convertirse, con 42 años y 337 días, en el ganador más veterano de un grande desde Ben Crenshaw en el Masters de 1995 (43 años y 88 días).

Aunado a ello, el Darren se encargó, con su triunfo, de poner de nueva cuenta en alto el nombre de su país, pues tres de los últimos seis ganadores de un Grande (Graeme McDowell, Rory McIlroy y Clarke) nacieron en esta pequeña nación.

Del mismo modo, el flamante campeón del Abierto Británico, demostró, por si acaso alguien tenía dudas, que nunca es demasiado tarde para pararse, como él, en la cima de los grandes.

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