La historia impulsa a Boston a seguir corriendo

Seguir corriendo. Ése es el propósito y hoy, incluso, se ha convertido en un lema con el que Boston se impulsará a correr su maratón, considerada la carrera más antigua del mundo, al haberse instaurado en 1897.

Ya ha pasado un año de los atentados del 15 de abril del 2013, cuando tres personas murieron y 264 más resultaron heridas a causa de la detonación de dos bombas próximas a la meta. Eso no ha cambiado en nada la convocatoria, que para este año está en más de 36,000 corredores, en comparación con los 27,000 que corrieron hace 12 meses.

Pero la importancia de la carrera va más allá de su antigüedad. La exigencia en el nivel de los corredores es, sin duda, uno de sus principales atractivos para los participantes, que año con año, buscan hacer sus mejores tiempo y clasificarse a la competencia.

Para ello, cada corredor debe haber concluido cualquier maratón certificado por Boston como evento clasificatorio con un tiempo determinado, el cual depende de la edad del corredor.

Por otra parte, el trayecto del Maratón de Boston es legendario y ha sido el mismo a través de toda su historia. La ruta sigue 42.195 kilómetros que recorren las principales calles de la zona rural de Hopkinton a la zona urbana de Boston y es reconocida por su alto nivel de dificultad.

Cerca del kilómetro 25, la ruta toma una serie de colinas, las cuales no alcanzan grandes elevaciones, sin embargo, lo que implica correr cuesta abajo, justo cuando las reservas de glucógeno se han agotado, ha hecho desistir a varios corredores en ese punto. El punto negativo de su recorrido es que si algún corredor consigue una marca mundial, ésta no es reconocida.

El de Boston no es un maratón que pueda entrar en los récords de la IAAF, ya que entre la salida y la meta hay una diferencia de 140 metros de altitud sobre el nivel del mar. Esto va en contra las reglas de competición de la IAAF, por lo que el organismo no reconoce las marcas de la carrera, en la que, en el caso varonil, el mejor tiempo en su historia ha sido el de Geoffrey Mutai, con 2:03.02 horas; mientras que Margaret Okayo ostenta el mejor tiempo de la competencia femenil, con 2:20.43 horas.

Aunado a esto, y quizá el mayor atractivo con el que cuenta este maratón, es el premio de 150,000 dólares para el ganador en la categoría elite y aunque hay muchos maratonistas en disputa, son los etíopes y kenianos los más grandes favoritos para llevarse el dinero a casa.

Y es que desde 1990, sólo un corredor italiano y un surcoreano, han logrado imponerse a Etiopía y Kenia en esta prueba. Desde 1990 a la fecha, los kenianos se han impuesto en 18 ediciones en la rama varonil, cinco de ellas por un mismo corredor, el keniano Robert Kipkoech Cheruiyot, actual campeón defensor. Los etíopes por su parte, en toda la historia de este maratón, sólo han conseguido el título en cuatro ocasiones, la última justamente el año pasado.

En la rama femenil, que se implementó hasta 1966, dominan etíopes, kenianas y rusas, siendo la keniana Rita Jeptoo, la campeona defensora.

El maratón de Boston es sin duda uno de los eventos deportivos más emotivos de su tipo, pues año con año, los espectadores que para este año se calculan en 1 millón a lo largo de todo el recorrido hacen de este un día festivo, aunado a que en Estados Unidos se celebra, en esta misma fecha, el Día del Patriota.

Y es quizá la importancia que tendrá este año, en el que miles de ojos de todo el mundo estarán al pendiente de lo que suceda en la carrera, una de las más exigentes y complicadas del mundo, por lo que los organizadores han buscado asegurar a cada uno de los participantes y asistentes, aumentando el número de voluntarios de 8,000 a 10,000, mientras que la ciudad de Boston y el estado de Massachusetts duplicarán el número de agentes de policía y otras fuerzas de seguridad hasta los 3,500 efectivos para evitar que Boston vuelva a sufrir como hace un año.