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Por fin, un inicio esperanzador

Los universitarios sumaron tres puntos en casa, jugaron bien y demostraron el buen trabajo de pretemporada.

Alejandro Castro fue el hombre al que más golpeó la final perdida ante América en el Clausura 2013. Un autogol en el último minuto y el penal que falló en la serie que definía al campeón hicieron un gran daño al mediocampista que para entonces jugaba en Cruz Azul. Ayer, Alex comenzó una nueva etapa como futbolista, fue titular y anotó el primer gol en la goleada de Pumas 3-0 ante Monterrey, una historia que llena de ilusión al jugador y al equipo del Pedregal.

Fue un inicio esperanzador para un equipo que no ganaba en su debut en casa desde hace cinco torneos, reflejo fiel de la situación que arrastraba el club de la universidad en los últimos torneos, donde ganar en el estadio Olímpico Universitario era un sufrimiento.

Con el impulso de los refuerzos, Alejandro Castro incluido, Pumas tuvo 22 minutos de frenesí ofensivo, suficientes para derrotar el catálogo de figuras y futbolistas de trayectoria que alineó Monterrey, y que incluso se extendía a la banca.

Con el orden que caracteriza la estrategia de Guillermo Vázquez, la incursión de Fidel Martínez y Alejandro Castro dieron un impulso a dos zonas en las que los fichajes del pasado no pudieron consolidarse.

Al menos en la primera prueba oficial, ambos futbolistas cumplieron con participación destacada, además del gol del mediocampista, el que abrió el marcador al minuto 8, con un remate de cabeza, el ecuatoriano fue una amenaza para la zaga regiomontana.

Y es que en la primera media hora del partido, los felinos no tuvieron rival. Un equipo lento y muy débil en defensa fue lo que mostró Monterrey en los primeros minutos, de ahí que en un arrojo de Gerardo Alcoba, al que le fue devuelto un pase nada más entró al área, definió a la media vuelta para vencer a Juan de Dios Ibarra.

La batalla en media cancha fue casi dominio auriazul, sobre todo en el primer tiempo, porque el dinamismo de la dupla Cabrera-Castro superó a Walter Gargano, quien a pesar de sufrir, dejó buenas sensaciones, sobre todo al impedir la escapada de Ismael Sosa, que se enfilaba sólo a la portería de Ibarra.

Fue precisamente el delantero argentino que sentenció el partido, al menos en el marcador, con un disparo de larga distancia, porque en el segundo tiempo, Monterrey fue dueño del balón y quien generó las ocasiones más claras de gol, donde el protagonista fue Rogelio Funes Mori.

En las dos opciones, Alejandro Palacios rechazó los disparos y aunque se crearon situaciones que despertaron los fantasmas del pasado, donde a pesar de la ventaja, Pumas era incapaz de retener la ventaja.

El partido tuvo un final feliz, porque los felinos vencieron en casa en su debut, porque los refuerzos dejaron buenas sensaciones y porque puede ser el comienzo de una campaña que regrese a Pumas a la liguilla.

eduardo.hernandez@eleconomista.mx

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