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Superliga vuelve a luchar por negocio de 3,700 millones de euros

Bajo la batuta del Real Madrid y Barcelona, la iniciativa de este torneo se resiste a morir, apelando a una actualización del Tribunal de Justicia de la Unión Europea.

Real Madrid contra Barcelona. Foto: Reuters.

El proyecto de la Superliga Europea (ESL, por sus siglas en inglés) no está muerto. En el cierre de 2023, la iniciativa de este torneo, liderada por la empresa A22 Sport Management y por los clubes Real Madrid y FC Barcelona, revivió para poner en jaque a la UEFA y una gran mayoría de sus miembros.

Lo que ocurrió fue que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) señaló que los equipos pueden llevar a cabo su idea de un torneo fuera de los intereses de UEFA y FIFA sin quebrantar ninguna ley, esto, a través de un fallo que se hizo público a partir del 21 de diciembre en Luxemburgo.

Sin embargo, de acuerdo con varios directivos del futbol europeo, este fallo no significa un cambio en la situación actual del futbol europeo, recordando que la primera vez que se habló del proyecto fue en 2021 y en 2022 la UEFA y FIFA actuaron para poner candados: los equipos que participaran en la ESL, no tendrían derecho a competir en sus torneos, como es el caso de la prestigiosa Champions League.

“Con el mayor respeto al Tribunal de Justicia Europeo, la sentencia de hoy no cambia nada realmente. Históricamente hemos organizado las mejores competiciones del mundo y así será también en el futuro”, respondió categóricamente Gianni Infantino, presidente de la FIFA, ante el fallo.

Cuando se anunció la Superliga en 2021, estaban involucrados 12 equipos de la élite europea, quienes planeaban crear su propio torneo de competencia, separado de la Champions League, para generar una maquinaria de 4,000 millones de euros en ingresos anuales, según sus propias estimaciones.

Poco a poco y tras las restricciones y advertencias de sanciones de parte de UEFA, nueve de esos 12 equipos ‘fundadores’ se separaron de la Superliga, hasta que sólo quedaron Juventus, Real Madrid y Barcelona. La Juve terminó por renunciar a finales de 2022 y sólo dejó en el barco a los españoles, que celebraron el fallo de este diciembre.

“En los próximos días estudiaremos con detenimiento el alcance de esta resolución, pero sí les anticipo dos conclusiones de gran trascendencia histórica. En primer lugar, que el fútbol europeo de clubes no es ni será nunca más un monopolio. Y, en segundo lugar, que desde hoy los clubes serán los dueños de su destino”, celebró Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, ante el anuncio del TJUE.

“La estructura actual del futbol europeo, a nuestro juicio beneficia a los clubes que disponen de recursos financieros ilimitados, y en ciertos casos, ajenos incluso al mismo mundo del futbol. Por este motivo, por nuestra trayectoria y peso histórico, por responsabilidad y para defender a nuestros socios, consideramos que debíamos velar por la sostenibilidad presente y futura de la entidad. Ha llegado el momento de que los clubes tengan un mayor control sobre su destino, su futuro y su sostenibilidad”, agregó Joan Laporta, presidente del FC Barcelona.

Lo que sigue en disputa con este resurgimiento es un negocio de más de 3,700 millones de euros, que es la cantidad de ingresos que generó la UEFA Champions League en su más reciente edición (2022-23).

De acuerdo con un reporte de El Confidencial, la UEFA se quedó con 5.5% de esos ingresos (309.8 millones de euros), que se destinan a otras competiciones, a cofinanciar programas de desarrollo y planes educativos ligados al futbol, así como para cubrir los costes administrativos de la propia UEFA.

Este mismo medio indica que el 79% de los ingresos (2,914 millones de euros) se reparten entre los 32 participantes del torneo, que corresponden a más de 15 países, algunos incluso desde ligas muy pequeñas en el entorno, como cuando participó el Sheriff Tiraspol de Moldavia dentro de la fase de grupos 2021-22.

Por otra parte, un estudio de Deloitte indica que el valor total del mercado de futbol es de 28,400 millones de euros, de las cuales el llamado ‘big five league’ (Inglaterra, España, Italia, Alemania y Francia) aportan 15,600 millones anuales, entre acuerdos de patrocinio, transmisiones e ingresos por matchday.

Tomando en cuenta ese gigante pastel que conforma el futbol europeo, algunos directivos se oponen a la Superliga acusando que limitará los ingresos a una élite muy reducida, mientras que torneos como la Champions, Europa y Conference League permiten al resto de países estar involucrados año con año.

“Sólo en España, un proyecto como la Superliga provocaría la pérdida de un 55% de los ingresos globales de LaLiga y los clubes, y pondría en riesgo a una industria que genera más de 194,000 empleos y 8.39 millones de euros en impuestos al año, lo que supone un 1.44% del PIB”, señaló un comunicado de Javier Tebas, presidente de LaLiga.

PSG, Bayern Múnich e Inter de Milán son algunos de los equipos grandes que se oponen al resurgimiento de este proyecto, pero también otros que ocasionalmente tienen la oportunidad de participar en torneos continentales, como la Real Sociedad o el Copenhague, que actualmente están en octavos de final de la Champions.

Finalmente, tras el fallo del TJUE, A22 Sport Management dio a conocer los detalles de la Superliga que pretende crear: 64 clubes participantes repartidos en tres ligas. Las dos primeras, la Star League y la Gold League, cuentan con 16 clubes cada una, mientras que la Blue League con 32. La participación estará basada en el mérito deportivo sin miembros permanentes, con ascensos y descensos anuales entre ligas. Pero el torneo aún no existe.

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