Lectura 3:00 min
5.6 millones de mexicanos desalentados dejaron de buscar empleo en 2017
Se trata de un máximo histórico en el porcentaje de personas que están disponibles, pero dejaron de buscar empleo por considerar que no tienen posibilidades de encontrarlo.
Durante 2017 un promedio de 5.6 millones de mexicanos dejaron de buscar empleo por considerar que no tienen posibilidades de encontrarlo, este grupo de trabajadores se puede calificar como “desalentados” y llegaron a un máximo histórico al cierre del año.
De los 91.3 millones de personas mayores de 15 años que se contabilizaron en el transcurso de 2017 por el Inegi, 54.2 millones fueron calificados como Población Económicamente Activa (PEA), personas que trabajan o se encuentran buscando empleo; 37.1 millones conformaron la Población No Económicamente Activa (PNEA) al no desempeñar ninguna de estas actividades.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) correspondiente al cuarto trimestre de 2017, al interior de la PNEA —que comprende a las personas que no tienen empleo y tampoco lo buscaron en el periodo de la encuesta— 5.67 millones de personas declararon estar disponibles para trabajar y prácticamente todas (98.2% en el promedio del año) dejaron de buscar empleo porque considera que no tiene posibilidades de encontrarlo. Se trata de un porcentaje históricamente alto desde que la ENOE se levanta, a partir de 2005.
A este segmento de la población se le conoce como “desalentados”. De acuerdo con la Organización Internacional de Trabajo (OIT) se le considera desalentada a la persona que deja de buscar empleo porque siente que no tiene oportunidades de encontrar trabajo. La OIT advierte que al ser calificados como económicamente inactivos, no es posible que sean considerados en las cifras de desempleo. De contabilizar a los desalentados en las cifras de desocupación, el nivel de desempleo en México hubiera cerrado 2017 en un nivel promedio de 11.2%, y no en 3.4% como se calcula a través de la encuesta.
Jóvenes sin motivación
Entre los desalentados también se contempla a los jóvenes que deciden dedicarse más tiempo a estudiar y postergan su entrada al mercado laboral, ya que perciben falta de oportunidades de empleo.
David Kaplan, especialista senior en mercados laborales del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), precisó que de 2005 a 2017 el nivel educativo promedio de los trabajadores subió bastante. A pesar de eso se ve poco efecto en los salarios, en la tasa de informalidad u otros indicadores.
“Pienso que hay cierta decepción, que los jóvenes están mejor preparados que sus papás. Sin embargo, pensaban que, a través de esa mayor preparación académica, iban a encontrar mejores ofertas que por alguna razón no existen. Creo que los jóvenes están decepcionados y diría incluso que con razón”, dijo.
Para Kaplan es un dato alarmante que el salario promedio no haya cambiado mucho a pesar de que el nivel educativo sí lo hizo. “No tengo la explicación, pero algo está fallando porque teóricamente esa mayor formación de los jóvenes debería traducirse en mayores salarios y menor informalidad y no vemos mucho de eso”, dijo.
Entre 2005 y 2017, la edad promedio de la PEA ha pasado de 37.2 a 39.2 años. En el mismo lapso, los años de escolaridad se han incrementado de 8.6 años (equivalente a secundaria trunca) a 9.9 años (similar a un bachillerato trunco). En el recuento de estos 12 años, el ingreso promedio por hora que reciben los trabajadores subordinados y remunerados pasó de 24.1 pesos a 34.2 pesos por hora.