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Economía

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Consecuencias de un cambio de calificación

EU -la economía más grande del mundo- sufrió hace una semana uno de los descalabros más grandes de los últimos tiempos: la calificación de su deuda -otorgada por Standard and Poor’s- fue degradada de AAA a AA+ .

Estados Unidos -la economía más grande del mundo- sufrió hace una semana uno de los descalabros más grandes de los últimos tiempos: la calificación de su deuda -otorgada por Standard and Poor’s- fue degradada de AAA a AA+ , una decisión basada en el alto déficit presupuestario que presenta esta economía.

Esta baja en la calificación generó en el mundo entero un colapso financiero que se vio reflejado en la caída de las bolsas de valores de todo el mundo y, peor aún, generó más incertidumbre sobre el futuro económico de la nación más poderosa del planeta.

La situación es bastante crítica, pues a pesar de que la demanda de los bonos del Tesoro a partir de la degradación de la calificación fue alta y los inversionistas chinos (mayores tenedores de deuda estadounidense) siguen manteniendo estos instrumentos, esto no garantiza que la tendencia de confiabilidad en la economía de Estados Unidos se mantenga con la misma firmeza en los próximos días.

Dado lo anterior y como era de esperarse, dicha revelación tuvo un impacto sustancial en la economía mexicana. El catarro que todavía no se convierte en pulmonía, como dijera durante la crisis del 2008 Agustín Carstens, ya empezó a tener sus primeros síntomas hoy.

La Bolsa Mexicana de Valores tuvo su peor caída en tres años, el peso se desestabilizó y las expectativas de crecimiento, empleo e inversión ya empezaron a ser modificadas.

El crecimiento presentado para este 2011 que se ubicaba entre 4 y 5% fue reducido a un rango de 3.8 a 4.8%; en lo que respecta al empleo, las cifras también bajaron al colocarse entre 575,000 y 675,000 empleos para este año y las expectativas sobre inversión se han reducido dada la incertidumbre en el mercado.

Si bien se apunta a que la economía mexicana tiene la fortaleza para resistir estos cambios, cómo será posible mantener expectativas positivas cuando la situación global nos dice todo lo contrario. Menos crecimiento, menos empleo y más incertidumbre son sólo algunas de las palabras a las que los mexicanos ya nos hemos acostumbrado.

Pero como tal vez las acciones preventivas se conviertan en correctivas, los invitamos a dejar de esperar que el agua nos llegue al cuello; es necesario que los mexicanos nos vayamos anticipando a las consecuencias que nos traerá esta crisis mundial por cuenta propia, por lo que nuestra recomendación recae en el ahorro.

Esta acción es la mejor manera con la que se puede solventar una crisis, por lo que así sean unos cuantos pesos, empecemos desde ahora a fomentar nuestra propia cultura del ahorro. No será la solución a nuestros problemas, pero les aseguramos que esto ayudará a tener más recursos para enfrentar el porvenir económico que se avecina.

*Mónica Hernández y Eduardo Carbajal. Maestría en Administración del Tecnológico de Monterrey, campus Toluca. edcarbaj@itesm.mx

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