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Economía

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Reforma hacendaria descartaría IVA a alimentos y medicinas

La iniciativa de reforma fiscal que se presentará esta tarde prevé elevar el tope del ISR de 30 a 32%, así como gravar con el 10% las ganancias y dividendos obtenidos en el mercado de valores.

La iniciativa de reforma fiscal que esta tarde presentará el jefe del Ejecutivo al Congreso de la Unión propondrá elevar el Impuesto Sobre la Renta (ISR), así como gravar las ganancias obtenidas en el mercado de valores y los dividendos, más no imponer el IVA a alimentos y medicinas, según un borrador de la iniciativa conseguido por Reuters.

La tasa tope del ISR subirá del 30 al 32% y las inversiones bursátiles tributarán con un 10%, pero el presidente Enrique Peña Nieto no extenderá como se especulaba el Impuesto al Valor Agregado (IVA) del 16% a alimentos y medicinas justo cuando la economía pierde ritmo.

La propuesta del IVA para alimentos y medicinas era muy controvertida en un país donde casi la mitad de sus 117 millones de habitantes vive en la pobreza. La izquierda se oponía, y aunque sin ese elemento la iniciativa sería más débil, tendría más posibilidades de ser aprobada sin obstáculos en el Congreso.

Peña Nieto asegura que el país necesita varias reformas económicas para avivar a la economía, que ha crecido a un promedio del 2% anual en los últimos 12 años. Y la reforma tributaria busca incrementar la recaudación mexicana, una de las más bajas proporcionalmente de todo el continente.

La iniciativa gubernamental planteará eliminar el régimen de consolidación fiscal para las empresas, un mecanismo mediante el cual un grupo de empresas del mismo accionista pero separadas legalmente presentan un solo resultado fiscal. La medida ha sido vista con recelo por algunos empresarios.

Además, propone rebajar la carga fiscal de la sofocada petrolera estatal Pemex desde el 79% actual a menos del 60%, algo que daría anhelados recursos a la empresa para invertir.

Sin embargo, el borrador no precisa cuál sería el nuevo régimen tributario de Pemex, una de las mayores petroleras del mundo, y sólo asegura que será como el de cualquier empresa.

La propuesta de reforma plantea que los incrementos al precio de la gasolina después del 2014 sean sólo por inflación. Funcionarios habían dicho que el subsidio a la gasolina es regresivo y sólo beneficia a los que más tienen.

Si es aprobada como propone el gobierno, la reforma tendrá un impacto fiscal del 2.9% del Producto Interno Bruto (PIB) hacia el 2018, estima la administración de Peña Nieto.

México tiene una recaudación fiscal que equivale a alrededor de 10% del PIB. El porcentaje es un tercio de lo que recauda Argentina o Brasil en relación a sus economías.

De acuerdo con el borrador, se mantendrán las exenciones impositivas a servicios médicos y transporte urbano y se homologará el IVA en la zona de la frontera, que goza hasta ahora de una tasa diferenciada del 11 por ciento.

Pero la reforma elimina las exenciones de IVA -el segundo tributo de más recaudación del país después de ISR- en servicios educativos e intereses de hipotecas.

La nueva tasa tope del ISR del 32% aplicaría para quienes devengan ingresos superiores a 500,000 pesos anuales. Además se eliminarán buena parte de los regímenes especiales.

El gobierno plantea acabar con el Impuesto Empresarial a Tasa Unica (IETU) y con el Impuesto a los Depósitos en Efectivo (IDE). Y busca aplicar el llamado Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a combustibles y plaguicidas, así como a las bebidas azucaradas para combatir la obesidad.

PAQUETE ECONÓMICO

El gobierno, que también presentará el domingo por la tarde su propuesta de paquete presupuestario para el 2014, propondrá un déficit "transitorio" de 0 a 0.4% del PIB en el 2013 y prevé un rojo del 1.5% para el 2014.

La iniciativa fiscal se suma a una reforma energética ya presentada al Congreso por el mandatario, que propone un esquema de contratos de utilidad compartida con empresas privadas en los sectores petrolero y de gas. El derechista Partido Acción Nacional (PAN) busca establecer concesiones con empresas.

Cualquiera de las dos alternativas requiere reformas a la Constitución, algo que los partidos de izquierda rechazan de plano.

nlb

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