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El Empresario

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Más mujeres cursan el IBEAR MBA

A pesar de tratarse de un programa de tiempo completo con duración de un año, 30% de los participantes de los últimas dos generaciones han sido mujeres, en su mayoría provenientes de Asia

Las dos últimas generaciones del IBEAR MBA de la Escuela de Negocios Marshall, perteneciente a la Universidad del Sur de California (USC), ha recibido cada año a 12 mujeres, un 30% del total de estudiantes. A pesar del bajo porcentaje, Richard Drobnick, director del Centro Global de Excelencia y de CIBEAR, recuerda que en 1990 aplicó la primera solicitante.

El IBEAR MBA es una maestría de tiempo completo para ejecutivos que ocuparán posiciones de liderazgo. El programa dura un año y está enfocado a los negocios de la cuenca del Pacífico, región de donde provienen la mayoría de las ejecutivas, en su mayoría patrocinadas por empresas familiares.

“Cada vez más, nuestros mejores solicitantes son mujeres que han salido de las mejores universidades y que en su mayoría son ingenieras que trabajan en compañías tecnológicas, ahorran su dinero, y vienen con nosotros. Por lo general, las compañías familiares son las que envían a mujeres”, destaca en entrevista el director.

A diferencia del IBEAR MBA, en el que se requiere mayor experiencia y edad de los participantes, los programas de maestría de dos años y de medio tiempo tienen más representación de mujeres, hasta 40 por ciento. La edad promedio de esos programas son de 27 años y la asistencia es semanal.

“Por lo general, las compañías chinas o coreanas no patrocinan a mujeres, aunque Korean Air patrocinó a algunas”, expone Drobnick y recuerda que en 1990 entrevistó a una candidata enviada por una consultoría japonesa.

“Informalmente le dije que ya estaba adentro, pero que tendría que trabajar duro para tener éxito porque era una de dos mujeres en la generación, la otra era estadounidense. Me dijo que sí, porque si ella fracasaba la empresa no volvería a enviar mujeres. Tenía mucha presión, pero le fue muy bien.”

En Asia, los motores de crecimiento

Desde hace 40 años, la USC Marshall comenzó a ver en Asia el potencial de desarrollo económico global. Entonces, era una región sumida en la pobreza, cerrada al resto del mundo, como fue el caso de China. Richard Drobnick, que entre 1967 y 1969 fue voluntario del cuerpo de paz en Malasia, recuerda que se podía vivir bien con 50 dólares en países como Corea.

El tiempo dio la razón a la Universidad de California, que desde 1994 orientó todos los esfuerzos de sus facultades hacia esa zona. Ese esfuerzo implicó reclutar a los hijos de empresarios asiáticos para formarlos en negocios. Hoy, algunos de ellos, como Yang Ho Cho, presidente ejecutivo de Korean Air y miembro de la primera generación del IBEAR MBA, formar parte de su consejo directivo. A la fecha, esa compañía ha patrocinado a 35 de sus directivos, con una inversión promedio de 250,000 dólares. Ese mismo camino han seguido compañías de China, Corea y Japón.

Drobnick destaca las ventajas que tiene tanto para los participantes del programa como para la comunidad del USC Marshall, contar con ejecutivos con 11 años de experiencia en altos cargos, quienes al compartir su conocimiento con los profesores, que también dan clase en otras maestrías y facultades, hacen que éste permee en el resto de la comunidad.

Una vez graduados, la universidad invierte en mantener el contacto con ellos, a fin de que en el futuro patrocinen a nuevos estudiantes o proyectos de investigación, también fungen como anfitriones de los alumnos que viajan a Asia como parte del programa y ayudan a establecer las redes de contacto.

El directivo afirma que “los motores principales de crecimiento vendrán de Asia”, por ello y a pesar de los recientes vientos de cambio respecto al comercio internacional, la USC Marshall mantendrá su estrategia académica en esa región.

Y es que, desde su punto de vista como economista, Estados Unidos cometió un error al abandonar el Tratado Transpacífico (TPP), ya que esto dará a China una mayor influencia entre los países de la cuenca del Pacífico, con los que la Unión Americana podría haber tenido acuerdos comerciales.

“Esto es malo para Estados Unidos y para el comercio mundial también”, señala.

Prevé que la presencia de China va a crecer aún más en el mundo. Tan sólo en Estados Unidos, ya hay grandes inversiones inmobiliarias de compañías chinas y los compradores de vivienda son también de la región asiática. La industria de Hollywood también está viviendo el arribo del capital chino, y en América Latina no es la excepción.

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