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Creció 40.6% uso de chips en vehículos ligeros en los últimos dos años

La media pasó de 212 unidades de chips automotrices en cada auto en 2019 a 298 unidades en 2021; la conectividad, electrificación y una gama cada vez mayor de características autónomas, entre los impulsos en su demanda.

El número de semiconductores promedio en vehículos ligeros creció 40.6% en los últimos dos años, de acuerdo con estimaciones de Goldman Sachs.

La media pasó así de 212 unidades de semiconductores automotrices en cada vehículo automotor en 2019 a 298 unidades en 2021.

¿La razón? Un análisis del Congreso estadounidense destacó que las tendencias recientes en el diseño de vehículos, incluida la conectividad del vehículo, la electrificación y una gama cada vez mayor de características autónomas, han aumentado la cantidad y el costo de los componentes semiconductores utilizados en el automóvil de pasajeros promedio, vehículo utilitario deportivo o camioneta.

También los sistemas avanzados de asistencia al conductor (ADAS, por su sigla en inglés) están aumentando el costo de los componentes semiconductores utilizados en los vehículos. La tendencia previa muestra un crecimiento desde 61 unidades de semiconductores automotrices en 2005, a 97 unidades en 2010 y luego a 134 unidades en 2015.

El mismo análisis explica que el mayor consumo de estos productos intermedios, junto con la escasez de semiconductores, ha ralentizado la producción de automóviles y ha obligado al cierre temporal de numerosas plantas de montaje en todo el mundo.

Según datos de la consultora AutoForecast Solutions, América del Norte perdió la producción de 2.3 millones de vehículos en 2021 debido al cierre de plantas.

Inicialmente, la demanda de los consumidores en declive anticipada llevó a los proveedores de sistemas automotrices a reducir los pedidos con los fabricantes de chips. En consecuencia, los fabricantes de chips asignaron capacidad e inventario a industrias que experimentaban una demanda creciente debido al uso cada vez mayor del teletrabajo y el aprendizaje en línea.

A medida que la demanda de vehículos se recuperó en la segunda mitad de 2020, los proveedores de automóviles se enfrentaron a largos plazos de entrega para la adquisición de semiconductores, ya que los fabricantes de chips intentaron mantenerse al día con la demanda en muchas industrias.

La situación se vio agravada a principios de 2021 por el severo clima invernal en Texas que afectó a dos importantes proveedores de componentes de semiconductores, NXP y Samsung, y un incendio en otro proveedor importante, Renesas, en Japón.

Por si todo ello fuera poco, de conformidad con el análisis del Congreso estadounidense, se estima que 70% de todos los microprocesadores necesarios para las unidades de control electrónico de vehículos provienen de un solo fabricante de chips, Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC).

Sin embargo, la industria automotriz representa solo 3% de los ingresos totales de TSMC, según lo estimado por IHS Markit, una firma de análisis.

Aunque los fabricantes de vehículos tienen muchos proveedores de unidades de control electrónico, esas redes de proveedores dependen principalmente de un productor de microprocesadores.

Esto expone a toda la red a una interrupción si ese fabricante encuentra problemas de producción.

Además, los proveedores de componentes y sistemas automotrices se enfrentan a la competencia entre industrias a medida que las fundiciones sopesan cómo distribuir la capacidad de fabricación entre varios tipos de chips, incluidos algunos con mayor demanda y otros que ofrecen un mayor potencial de ganancias. Estas vulnerabilidades de la cadena de suministro se hicieron evidentes durante la pandemia mundial de coronavirus.

roberto.morales@eleconomista.mx

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