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“Decisión de Ford sólo es negativa en el corto plazo”

Arturo Rangel, de Canacintra, consideró que la manufactura 4.0 podría ser la apuesta de Ford.

Con el anuncio de Ford Motors de trasladar producción de México a China, Donald Trump no cuenta con argumentos para contradecir la movilidad de las inversiones por competitividad y proveeduría, dijo Arturo Rangel, vicepresidente de comercio exterior de Canacintra.

El cambio de estrategia de producción del Focus a China representa un impacto negativo en inversión para México, de corto plazo, pero no implica que el país deje de ser atractivo para la empresa; por el contrario, la apuesta será por la manufactura 4.0 y mayor innovación en ensamble de autos para Ford, consideró el especialista en el ramo Automotriz.

El déficit con México no es tan grave, dijo, al contrario, el comercio de China en Estados Unidos es más importante que con nuestro país y eso sí debería preocupar para trabajar en el fortalecimiento de la región de Norteamérica.

En el tema de competitividad, EU por costos laborales y su estructura industrial ya no permite que la actividad intensiva en mano de obra permanezca en su país y tiene que migrar a algún lado abundó Rangel. En este aspecto lo que juega es el tema de costos no sólo laboral sino proveeduría, logística y los impactos indirectos de costos energéticos.

De acuerdo con el representante de la Industria de la transformación, resulta muy normal que las empresas, ya sean automotrices o de otro ramo, se vayan a producir con costos más competitivos y con posibilidad de competir con el resto de los actores de su sector y si no lo hacen están condenados a desaparecer. Consideró que lo que debe hacer México es avanzar en la reforma energética, el tema logístico y aduanero para dar más competitividad. Ahora hay una carrera de vehículos híbridos y eléctricos, la tendencia va en función de proveedores, de modo que las armadoras ven en México cambios para competir , concluyó.

Trump, sin argumentos para atacar ?a China por decisión de Ford

En un marcado contraste con respecto a su trato con México, el presidente estadounidense, Donald Trump, no ha atacado a Ford Motor Company por su decisión de trasladar de Estados Unidos a China su producción del auto Focus.

Después de que Ford anunció su decisión de instalar una nueva planta en México para producir el nuevo modelo del Focus, Trump lanzó amenazas para evitar esta inversión dirigida a San Luis Potosí.

En una manifestación en Iowa en agosto del 2015, Trump dijo: Yo diría al jefe de Ford: ‘Lo siento, no lo voy a aprobar. Vas a pagar un impuesto por cada automóvil y cada camión y cada parte que viene a través de esa frontera, vas a pagar un impuesto de 35%, ¿de acuerdo?’ .

La ensambladora automotriz cedió este martes parcialmente a la demanda de Trump, al determinar no producir el Focus en México. Pero al trasladar esa manufactura a China, los argumentos del presidente estadounidense se desploman respecto a generar empleos manufactureros en Estados Unidos y de reducir su déficit comercial.

La decisión de Ford muestra cómo las empresas multinacionales son flexibles en términos de geografía , dijo el martes el secretario de Comercio, Wilbur Ross.

A medida de que las políticas y las reformas del presidente Trump se hagan realidad, más compañías comenzarán a localizar sus instalaciones en Estados Unidos, como ya lo han hecho varios fabricantes de automóviles alemanes y japoneses , agregó. La mayoría de los modelos Focus para América del Norte vendrán de China y otros de Europa. La empresa ensambla actualmente ese modelo en su planta de Michigan, pero la producción está programada para terminar allí en el 2018. (Con información de Roberto Morales)

lgonzalez@eleconomista.com.mx

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