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Gasto federalizado creció en el 2022, tras tres años con caídas

Los recursos que el gobierno federal transfiere a estados y municipios ascendieron a 2.23 billones de pesos durante el año pasado, que significó un crecimiento de 2.6% anual.

El proceso de recuperación económica que vivieron los estados en el 2022 detonó el gasto federalizado vía participaciones.

Es decir, una mayor actividad económica estatal se reflejó en el nivel de recaudación, que es uno de los principales componentes del denominado Ramo 28.

De acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), el gasto federalizado, que son los recursos que la Federación transfiere a las administraciones estatales y municipales, ascendió a 2.23 billones de pesos durante el año pasado, monto que fue 2.6% mayor al 2021, con ajuste inflacionario.

Este resultado significó registrar un crecimiento tras tres años con caídas, además de presentar la mejor variación en los últimos siete años.

La importancia del gasto federalizado radica en que representa alrededor de 85% de los ingresos totales de las entidades, previo a la pandemia y sin incluir los recursos por financiamiento, ni a la Ciudad de México (56 por ciento).

El incremento de 2.6% del gasto federalizado fue producto de que solamente dos de sus seis ramos presentaron aumentos: participaciones federales y provisiones salariales y económicas y otros subsidios.

El ramo más importante del gasto federalizado es el correspondiente a las participaciones federales, que forma parte del gasto no programable (recursos de libre disposición para las administraciones locales) y su entrega depende de la recaudación federal participable, actividad económica y población.

En el 2022 las participaciones mostraron un aumento de 7.3%, el mayor crecimiento en 12 años, manifestando que la mayoría de los estados registró un mejor dinamismo económico respecto a años previos, cuya consecuencia se reflejó en un nivel recaudatorio más alto.

En tanto, el segundo ramo más importante de la transferencia que realiza la Federación a estados y municipios es el referente a las aportaciones federales (gasto programable, es decir, está etiquetado), las cuales solventan diferentes problemáticas en educación, salud, infraestructura social, seguridad y fortalecimiento financiero.

Estos recursos se desplomaron 0.9% a tasa anual real, la segunda disminución consecutiva y cuya asignación depende del gobierno federal en la construcción de los presupuestos.

Ambos ramos concentraron 87.2% del total del gasto federalizado que recibieron entidades y municipios el año pasado.

Oaxaca, en la cima

Por entidad federativa, 27 exhibieron aumentos en su gasto federalizado durante el 2022. El primer lugar pertenece a Oaxaca con un incremento de 9.8% anual, en términos reales.

“En Oaxaca los apoyos sociales tienen este efecto, principalmente porque se pretende que los recursos combatan a la pobreza”, explicó Kristobal Meléndez, analista económico.

Añadió que el estado continuará con un nivel importante de ayudas sociales en este año, beneficiándose de los recursos que se destinan a la población en pobreza.

Si bien Oaxaca tuvo la mayor tasa de crecimiento en cuanto a la recepción de fondos federales, esto no quiere decir que fue la entidad que obtuvo más recursos (el Estado de México y la Ciudad de México ocupan los primeros lugares).

Para Héctor Magaña, académico del Tecnológico de Monterrey campus Estado de México, el crecimiento del gasto federalizado en Oaxaca obedece a un mayor apoyo en el rubro de comunicaciones y transportes, debido a que la entidad se encuentra desarrollando varios proyectos en la materia.

“Otro elemento en el que Oaxaca ha buscado mayor impulso es el ramo de la salud donde se están realizando mejoras a su infraestructura, como remodelación de clínicas y construcción de hospitales, de manera que una mayor participación de recursos federales es requerida para subsanar dichas necesidades”, ahondó.

Veracruz, hundido

Caso contrario el de Veracruz, que presentó una contracción de 4.9% de los recursos federales.

El principal motivo es que no logra recuperar los niveles prepandemia. Por ejemplo, junto con la Ciudad de México –que también mostró una caída de 2.9% en su gasto federalizado– son las únicas entidades que siguen sin recuperar los empleos formales perdidos durante la pandemia. 

El común denominador que tienen Veracruz y Oaxaca es una de las obras insignia del Corredor Transístmico; su importancia radica en que pretende competir con los mercados mundiales de movilización de mercancías, a través de la detonación del ferrocarril del Istmo de Tehuantepec, los puertos de Coatzacoalcos y Salina Cruz y la infraestructura carretera y de caminos rurales.

Tabasco, un caso especial

Tabasco fue una de las cinco entidades con variación negativa en su gasto federalizado, de 2.0% anual real.

Llama la atención que a pesar de ser la entidad con mayor crecimiento económico, apoyado por la refinería de Dos Bocas, éste no se reflejó en sus transferencias federales.

Kristobal Meléndez recordó que antes de las últimas grandes reformas a la Ley de Coordinación Fiscal, 2007 y 2013, Tabasco era una de las entidades que más recursos recibía por su vocación petrolera.

Tras esos cambios, dijo, Tabasco pierde recursos cada año en el rubro de incentivos económicos por el precio del petróleo, sin importar los proyectos de infraestructura como Dos Bocas.

estados@eleconomista.mx

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