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Infraestructura, desafío del próximo gobierno yucateco
Propone aumentar el calado del puerto de altura de Progreso; “es un proyecto para atraer más inversiones”.
El próximo gobierno de Yucatán debe poner énfasis en el desarrollo de la infraestructura productiva, tomar medidas para reducir el nivel de endeudamiento y mejorar el nivel de ingreso de la población, la oferta educativa y la inversión en el sector salud, afirmó el candidato panista a la gubernatura del estado, Mauricio Vila Dosal.
“Yucatán tiene una ventaja competitiva sobre cualquier otro lugar del país en materia de seguridad y calidad de vida. Sin embargo, hace falta mejorar en infraestructura y también deben atenderse riesgos por el endeudamiento, así como mejorar el nivel de ingresos de la gente, la oferta de enseñanza y la inversión en el sector salud”, explicó.
En ese estado peninsular, expuso el alcalde con licencia de Mérida, los habitantes viven sin grandes problemas, debido a que la actividad económica no ha registrado altibajos en los últimos años; se mantiene un buen nivel de seguridad y calidad de vida; “la gente está muy arraigada”.
Reconoció que en Yucatán la infraestructura actual es suficiente, pero no tiene capacidad para tener más desarrollo. “Ahora podemos atender la demanda en suministros, la infraestructura y la logística, pero si empiezan a llegar más empresas vamos a tener problemas, es decir, estamos bien pero no nos podemos conformar. Por ello, mi lema de campaña es ‘Yucatán merece más’”, abundó.
Vila Dosal refirió que en el estado se están instalando compañías grandes, como Cervecería Yucateca de Grupo Modelo, con una inversión de 8,500 millones de pesos, pero el problema es que el puerto de altura de Progreso no tiene un calado mayor, “entonces los barcos que llegan no son grandes y los costos se complican”.
Un ejemplo de los desafíos a resolver por la próxima administración, especificó, es la logística para mover los productos que genera Yucatán, pues las inversiones productivas implican el crecimiento de la infraestructura de transporte, en carreteras y portuaria.
“Gente de Southern Valley, firma americana que tiene 1,200 hectáreas de cultivo, me comentó que desde que entró la cervecería en el puerto de altura el año pasado se está atrasando la salida de los barcos, que antes salían a las 11 de la mañana y ahora hasta las 5 de la tarde, y ese barco que va a Estados Unidos, si no llega en un determinado tiempo, ya no es producto de primera calidad y no lo aceptan en ningún supermercado, ya es de segunda y de tercera, por lo que venden a un precio más bajo. Me dijeron que si no aumenta la infraestructura en el puerto de altura, vamos a colapsar y las empresas se van a terminar yendo”, expresó.
Durante el 2017, el puerto de Progreso contribuyó con 1.8% del movimiento de carga nacional, de 307.6 millones de toneladas, que significó un incremento anual de 5.7%; no obstante, la terminal aún está lejos de Dos Bocas (Tabasco), Manzanillo (Colima), Lázaro Cárdenas (Michoacán) y Coatzacoalcos (Veracruz), con más de 9.0% de participación cada uno, de acuerdo con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.
“El gran reto es de infraestructura. También tenemos una de las Zonas Económicas Especiales en Progreso, como ancla en Tecnologías de la Información, el problema es que no nos llega la condonación de ISR como en otras regiones y no nos la quisieron dar, porque iban a preferir las empresas instalarse con nosotros. El empresariado dice que el próximo gobernador tiene que lograr que sí dé la condonación”, señaló Mauricio Vila.
Otro tema que inhibe el desarrollo de infraestructura productiva es la transición energética. Destacó que actualmente la entidad sufre de desabasto de gas natural, por lo tanto, dijo, si llegan compañías grandes no se les puede garantizar el energético.
“El gas natural que llega a Tuxpan se va al centro del país, y el que llega a Yucatán, además de que es poco, no es de buena calidad, entonces a muchas empresas no se les puede garantizar y hace que el costo de la energía eléctrica sea más alto”, indicó.
Sin movilidad
El funcionario señaló que Yucatán exhibe complicaciones en materia salud, como baja inversión y escasez de especialistas e instituciones académicas en los municipios.
“Al tener 106 municipios, evidentemente no hay universidades, entonces el estudiante que termina el bachillerato tiene una complicación en el costo de transporte y hospedaje. En el interior del estado el problema es la falta de infraestructura en movilidad que conecte a las localidades”, destacó.
En generación de empleo, acentuó, la entidad muestra fortaleza, con un promedio anual de 14,000 plazas nuevas en los últimos tres años, aunque el nivel de ingresos es bajo.
Según información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, del millón de ocupados en el estado al cierre del 2017, 49.6% ganaba hasta dos salarios mínimos y 33.3% se ubicó en un nivel de instrucción medio superior y superior.
Finanzas públicas
Vila Dosal insistió en que su labor financiera como alcalde de Mérida se puede destacar en el gobierno estatal.
“Somos el único municipio en el país que tenemos un consejo ciudadano de elaboración y seguimiento del Presupuesto de Egresos, práctica reconocida por el Imco (Instituto Mexicano para la Competitividad); antes de ir al Cabildo, primero me reúno con el consejo, donde participan cámaras empresariales, colegios de profesionistas y universidades, para discutir el paquete financiero”, afirmó.
Los indicadores que manifiestan finanzas estables en Mérida, desplegó, son el índice de información presupuestal del Imco, que mide la transparencia, y el Presupuesto basado en Resultados, referente a la eficiencia del gasto, que posicionan al municipio en primer lugar nacional.
No obstante, con el endeudamiento del actual gobierno y la Ley de Disciplina Financiera, al próximo mandatario se le complicará contratar financiamientos, lamentó.
Al cierre del 2017, la deuda total de Yucatán ascendió a 4,154.5 millones de pesos, un incremento anual de 51.7%, que fue la segunda tasa más alta en el país; aunque en el Sistema de Alertas se coloca en un nivel de endeudamiento sostenible.