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Hospitales de Gaza reducirán sus actividades por falta de combustible
La OMS se declaró "profundamente preocupada" por la situación de 80 pacientes, ocho de ellos en cuidados intensivos, y del personal del hospital Kamal Adwan, uno de los dos que funcionan parcialmente en el norte de Gaza.
Los hospitales de la Franja de Gaza cesarán o reducirán sus actividades en 48 horas debido a la falta de combustible, advirtió el viernes el Ministerio de Salud del territorio palestino, gobernado por Hamás y sacudido por una grave crisis humanitaria.
El aviso llega un día después de que la Corte Penal Internacional (CPI) emitiera el jueves órdenes de detención contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y su exministro de Defensa, Yoav Gallant, acusados de crímenes de lesa humanidad y de guerra en este conflicto desencadenado tras el letal ataque de Hamás en octubre de 2023.
El Ministerio de Salud gazatí lanzó una "advertencia urgente" ya que todos los hospitales del territorio asediado y devastado por la guerra detendrán o reducirán sus actividades "en 48 horas debido a la obstrucción de la entrada de combustible" por parte de Israel en el pequeño territorio asediado.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) se declaró "profundamente preocupada" por la situación de 80 pacientes, ocho de ellos en cuidados intensivos, y del personal del hospital Kamal Adwan, uno de los dos que funcionan parcialmente en el norte de Gaza.
La víspera, un ataque golpeó este hospital y dañó el generador y el depósito de agua, añadió el director de la organización, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
El director del hospital, Hosam Abu Safiyeh, dijo a la AFP que su establecimiento volvió a ser blanco de ataques israelíes el viernes.
La Defensa Civil reportó 12 muertos y varios heridos en bombardeos en el este y al sur de Ciudad de Gaza.
Cinco "terroristas" muertos
"He perdido a toda mi familia, 10 personas, y soy el único que queda", declaró Belal en una sala del hospital Al Ahli, adonde fueron trasladadas las víctimas.
Las autoridades israelíes afirmaron que habían "eliminado a cinco terroristas de Hamás", entre ellos dos responsables de "asesinatos y secuestros" el 7 de octubre de 2023 en Israel, en un ataque en la zona de Beit Lahia (norte) la madrugada del jueves.
El bombardeo dejó decenas de muertos y desaparecidos, según fuentes médicas del territorio palestino.
El ejército israelí lanzó en octubre una nueva ofensiva en el norte de Gaza, que dejó más de mil muertos, según el Ministerio de Salud del territorio, con el objetivo de impedir al movimiento islamista reconstruir sus fuerzas en esa zona.
En el ataque que desencadenó la guerra, milicianos islamistas mataron a 1.206 personas en el sur de Israel, en su mayoría civiles, y secuestraron a 251, según un balance de la AFP basado en cifras oficiales israelíes que incluyen a los rehenes muertos.
De los secuestrados, 97 siguen cautivos en Gaza, pero el ejército israelí estima que 34 de ellos murieron.
La ofensiva militar israelí de represalia se cobró la vida de al menos 44.056 personas en el territorio palestino, en su mayoría civiles, según datos del Ministerio de Salud, considerados fiables por la ONU.
La orden de la CPI
Tras más de un año de guerra, la CPI provocó la ira de Israel al emitir el jueves órdenes de detención contra Gallant y Netanyahu. Este último calificó la decisión de "antisemita".
Estas órdenes en teoría significan que cualquier de los 124 Estados miembros de la corte estarían obligados a detener a los acusados si entran en su territorio, aunque algunos como Hungría ya han insinuado que no lo harán.
El presidente estadounidense, Joe Biden, denunció una decisión "escandalosa". En cambio, Irán vio en este dictamen "la muerte política del régimen sionista".
Hamás celebró por su lado un "paso importante hacia la justicia", pero no mencionó la orden de detención que la CPI emitió simultáneamente contra el jefe del brazo armado del movimiento.
Según Israel, Mohamed Deif, considerado como uno de los cerebros del 7 de octubre, murió en un ataque en julio en Gaza, aunque Hamás no confirmó su muerte.
En paralelo al conflicto en Gaza, Israel y el movimiento proiraní Hezbolá entraron en guerra abierta a finales de septiembre en Líbano, casi un año después de que la milicia chiita abriera un frente contra Israel en apoyo a su aliado Hamás.
Los esfuerzos para garantizar una tregua en Líbano fueron el tema central de una conversación este viernes entre Biden y su homólogo francés, Emmanuel Macron.
En el terreno, Israel prosiguió su campaña contra los suburbios del sur de Beirut, un bastión de Hezbolá, golpeados el viernes por la noche y el sábado de madrugada por al menos tres bombardeos.
En Baalbek, otro bastión del movimiento chiita en el este de Líbano, el director de un hospital y seis de sus colegas murieron en un bombardeo israelí, según el Ministerio de Salud.
También murieron cinco socorristas afiliados a Hezbolá en el sur, donde Israel realiza incursiones terrestres desde el 30 de septiembre, según la misma fuente.
Más de 3.640 personas han muerto desde octubre de 2023 en Líbano por la violencia entre Israel y Hezbolá, la mayoría desde que se intensificó el conflicto en septiembre, según las autoridades de ese país. Del lado israelí fallecieron 82 militares y 47 civiles.