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¿Y si el experimento no funciona?

Las escenas de las últimas semanas en los mercados financieros han constituido un aliciente para los detractores de las actuales políticas monetarias expansivas que se siguen en todo el mundo.

Las escenas de las últimas semanas en los mercados financieros han constituido un aliciente para los detractores de las actuales políticas monetarias expansivas que se siguen en todo el mundo. A algunos les da por pensar que al no funcionar el experimento entraremos en un nuevo modelo de respuesta, en donde las tasas de interés se normalizarán ; es decir, subieran. Nada más alejado de lo que en realidad puede pasar.

Hablábamos la semana pasada de la extrañeza con que se observa una situación de tasas de largo plazo extremadamente bajas. En Estados Unidos como en Europa y en otras regiones, así como en casi todos los segmentos de deuda corporativa, vemos niveles de tasas de interés de nuevo en mínimos históricos.

Desde luego que esto se debe a la preocupación sobre un crecimiento que no pinta para mejorar mucho. Asimismo, responde a la elevada liquidez que hay en los sistemas financieros producto de dichas políticas y al efecto que generan entre los inversionistas de demandar activos de riesgo para ganar retornos que no existen en activos considerados como seguros.

La gran inquietud de los inversionistas es qué hacer con su dinero, de tal modo que ofrezca rendimientos satisfactorios, y durante varios años hemos visto que la ausencia de tasas de interés interesantes o de tasas de interés reales (descontando la inflación) negativas, como quiera verlo, han incitado a muchos a invertir en activos de alto riesgo (mercados emergentes, deuda de baja calificación, bolsas, etcétera).

La existencia de condiciones financieras tan laxas debía estimular el crecimiento y provocar presiones en la inflación. Sin embargo, parecemos estar entrando en una nueva etapa de decepción al respecto, tal y como ya la hemos vivido en otros momentos en los años recientes. La desesperación vuelve a aflorar.

Pero es inútil pensar que hay otra salida que pueda ser generada, ya sea en los bancos centrales o entre los participantes en los mercados. No la hay.

Si el crecimiento en los siguientes meses vuelve a ser inferior al esperado y por debajo de la trayectoria observada en años anteriores, no habrá una capitulación de los bancos centrales. No puede haberla. La discusión podría asemejarse a una en donde se piensa retirar el respirador artificial a un enfermo en coma simplemente porque no despierta (aunque a ratos de señales de hacerlo).

Si los bancos centrales no harían nada con las tasas de referencia de corto plazo y mantendrían elevados niveles de liquidez, ¿por qué debemos pensar que los inversionistas se encargarían de aumentar las tasas? De acuerdo con que ello respondería a la percepción de menor viabilidad de las actuales políticas, pero sólo acentuaría los problemas: si aumenta el premio por riesgo, aumentaría la posibilidad de que algunas emisoras no paguen y ello incrementaría más tal premio.

Ese círculo vicioso tampoco nadie lo desea, estamos hablando de una recesión muy profunda como última consecuencia, misma que las políticas actuales se han encargado de evitar.

¿Entonces? No hay mucho que pensar. Es más creíble la idea de que si el experimento de políticas monetarias ultrarrelajadas no funciona, éstas se acentúen, a que haya medidas que provoquen una situación de alza de tasas.

Es más factible ver réditos aún más bajos (ya los vimos entre el 2010 y el 2012) y balances de los bancos centrales todavía más grandes, que ver displicencia y una recesión provocada por una mayor aversión al riesgo. Si usted es de los que cree que el crecimiento no tiene remedio, lo que tiene que hacer es simplemente aumentar el plazo en el cual espera que las tasas vayan a permanecer bajas y no hay razones para no pensar que tal período puede durar incluso décadas.

*Rodolfo Campuzano Meza es Director de Estrategia y Gestión de Portafolios de INVEX. Cualquier pregunta o comentario puede ser enviado al correo:

perspectivas@invex.com.

Twitter: @invexbanco.

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