Buscar
Opinión

Lectura 5:00 min

El lado obscuro del peso fuerte

Todos quieren más dólares pagando menos pesos, pero nadie quiere pagar las consecuencias de tenerlo… Macraf

En el anterior Dinero contra realidad, hablé sobre la ilusión del tipo de cambio basado en dos grandes perspectivas: desde el punto de vista de los exportadores y desde el punto de vista de los importadores, llegando a la conclusión de que el beneficio de un tipo de cambio fuerte, es decir, menor cantidad de pesos por dólar, depende del punto de vista del cual se esté analizando, en el caso de los importadores, un peso fuerte les da una ganancia, dado que, tienen que pagar menos pesos por cada dólar que compren.

Lo anterior, es importante debido a la naturaleza comercial de nuestro país, somos exportadores, en específico, en el sector de manufacturas, cuyos productos son enviados principalmente a los Estados Unidos, lo que significa que, en realidad no nos conviene tener un tipo de cambio fuerte, porque estamos ganando menos pesos por cada dólar vendido, sin embargo, el discurso político está centrado en la paridad peso - dólar, sin entender que en el mediano y largo plazo un peso fuerte nos puede cobrar una factura muy cara, me explico.

Desde el punto de vista industrial, como ya se dijo, perdemos en el momento en el que exportamos, pero además, una tendencia de este estilo, provoca que los bienes del exterior sean más baratos, lo que puede desplazar cierto consumo de lo producido dentro del país, ocasionando que la economía se estanque: mayor demanda de bienes importados = menor demanda por bienes nacionales = menor producción = más desempleo.

Otra gran fuente de empleo y de captación de divisas es el turismo, desde esa perspectiva, un dólar débil provoca que en el mediano y largo plazo, nuestro país se vuelva tan caro como cualquier otro destino turístico o incluso superior a muchos otros, considere esta disyuntiva mi estimado lector, si el costo de viajar a una playa mexicana fuera de 100 dólares y por ese mismo costo, también puede visitar cualquier otro destino internacional, ¿cuál visitaría?, dado que el costo es el mismo habrá quienes prefieran ir a otro destino diferente de México, incluidos los propios mexicanos, lo que impactaría en la actividad turística por el aumento de los costos, mayor costo = menor demanda turística = menor ocupación = menor captación de divisas y mayor desempleo.

Desde el punto de vista de las finanzas públicas, hay dos grandes ramificaciones que se deben analizar, la deuda pública y los ingresos petroleros, por el lado de la deuda pública, un peso fuerte provoca menor captación de recursos al momento de colocar instrumentos en los mercados internacionales (todo instrumento colocado en los mercados financieros, está cotizado en dólares), pero además, si hay una fluctuación brusca del tipo de cambio y se debilita el peso, el costo de la deuda aumentaría de forma importante, es decir, captamos pocos recursos y pagamos mucho por ellos. Por el lado de los ingresos petroleros, un peso fuerte genera menor ganancia para PEMEX, recibirá menos pesos por cada barril de petróleo, lo que para la situación financiera actual de la petrolera, es un serio problema.

Todo lo anterior, es un escenario negativo de mediano y largo plazo, no significa que no existan cosas positivas, pero, se requiere de una modificación profunda del rumbo económico, financiero y productivo del país que permita sostener esos beneficios, sin embargo, al tener una política de libre flotación del tipo de cambio, se pueden vivir escenarios de alta volatilidad, es decir, que así como hoy se tiene un peso fuerte, mañana puede ser un dólar fuerte, lo que mueve la balanza al lado contrario y ojo, así como no es tan bueno tener una moneda fuerte, tampoco lo es tener una muy débil, de ahí que se regrese a la eterna conclusión: el tipo de cambio no es un buen indicador del estado de la economía, porque depende desde donde se analice.

Finalmente, como ya se ha mencionado, por el lado a las remesas el impacto negativo de un peso es: menos pesos por cada dólar enviado = menor posibilidad de consumo = menor demanda = menor consumo = menor producción = aumento de desempleo, o bien, considerando que para muchos de los que reciben estos recursos es lo único que les permite subsistir: menos pesos por cada dólar enviado = menor consumo = mayores carencias = mayor pobreza.

Juzgue usted mi estimado lector, si entonces es verdad o no, que nos conviene tener un peso fuerte.

* El autor es académico de la Escuela de Gobierno y Economía de la Universidad Panamericana, consultor experto en temas económicos, financieros y de gobierno, director fundador del sitio El Comentario del Día y conductor titular del programa Voces Universitarias.

Contacto y redes: https://www.flowcode.com/page/eduardolopezchavez

Temas relacionados

Únete infórmate descubre

Suscríbete a nuestros
Newsletters

Ve a nuestros Newslettersregístrate aquí

Últimas noticias

Noticias Recomendadas