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El paso a paso para empezar a invertir (VI)
Sexta parte
En la columna anterior hablamos de la importancia de invertir en empresas y por qué son una parte importante de cualquier portafolio de inversión a largo plazo: son responsables del crecimiento económico global y generan valor agregado.
Desde luego, poner un negocio (o invertir en uno que ya está en marcha) tiene más riesgos que prestar nuestro dinero a un gobierno o a un banco global con gran solidez. Pero el rendimiento potencial también es mayor, siempre que sepamos elegir bien en qué empresas poner nuestro dinero. No es lo mismo invertir en una compañía global como Google, que en una cadena de tintorerías.
Existen decenas de miles de compañías de todos los tamaños que cotizan en los mercados accionarios en todo el mundo. A muchas jamás las hemos escuchado nombrar y sin embargo, pueden ser muy disruptivas y tener un crecimiento acelerado. ¿Cómo saber cuáles son las buenas? ¿Cómo lograrlo si no disponemos del tiempo o los conocimientos necesarios para leer estados financieros y analizar sectores enteros de la economía global?
La buena noticia es que para tener éxito no es necesario ser un experto ni hacer nada de esto. De hecho, las estadísticas demuestran que más de 90% de los manejadores de fondos de inversión no logran ganarle a los índices de referencia en periodos de 10 años. Algunos lo hacen en un año o dos, pero no logran sostenerlo de manera consistente. Por lo cual buscar a los manejadores de los fondos “ganadores” tampoco funciona –nada garantiza que al año siguiente o en los cinco años siguientes, su desempeño sea mejor al del mercado en su conjunto.
Eso significa y quiero dejarlo muy claro: la enorme mayoría de los “expertos”, empresas que tienen un equipo de analistas de alto nivel y verdaderamente experimentados y que se dedican a tratar de determinar en cuáles empresas deben invertir el dinero propio y de sus clientes, por lo general no logran un rendimiento mayor al mercado, por lo menos en un porcentaje que justifique las comisiones por gestión que cobran.
¿Qué significa eso para un inversionista como nosotros? Que estaremos mejor que 90% de la gente y que lograremos un desempeño mejor que muchos de esos “expertos” si simplemente invertimos en los índices de referencia, en lugar de tratar de seleccionar empresas individuales y “atinarle” a las que se desempeñarán mejor en el futuro. Además, es muchísimo menos riesgoso, porque sí podemos terminar eligiendo a las empresas que parecían mejores, pero que se desempeñaron peor simplemente porque estaban sobrevaloradas (o porque tuvieron resultados decepcionantes que nadie imaginaba).
¿Qué son exactamente los índices de referencia? Todos hemos escuchado en la radio que “hoy el índice de la bolsa subió o bajó”. Son esencialmente una canasta de las principales acciones que cotizan en un mercado (las más importantes –grandes) con una ponderación específica, que intenta “reflejar” el desempeño de ese mercado en su conjunto.
En México es el Índice de Precios y Cotizaciones de la Bolsa Mexicana de Valores, que incluye a las 35 empresas de mayor tamaño y liquidez que cotizan en México, como América Móvil, Walmart de México, Grupo Financiero Banorte, Grupo México, FEMSA, Cemex entre muchas otras.
En Estados Unidos es el S&P 500 que como su nombre lo indica, incluye a las 500 principales empresas de ese mercado (que es mucho más grande que el mexicano), como Apple, Microsoft, Amazon, Tesla, Alphabet (Google), Berkshire Hathaway y muchísimas más.
De la misma manera, hay índices representativos de empresas europeas o asiáticas, de mercados desarrollados, mercados emergentes, incluso hay un índice de empresas globales que incluye a más de 3,900 empresas.
La buena noticia es que no hay que comprar las acciones de manera individual: existen instrumentos que replican estos índices, algunos con costo elevado y otros muy eficientes. No es tiempo aún de hablar de instrumentos individuales, pero lo haremos pronto.