Buscar
Opinión

Lectura 4:00 min

Elección en EU y políticas macroeconómicas

La Fed continuará con la política anunciada en septiembre. Aunque no lo dijo explícitamente, ?la economía requiere mayor estímulo fiscal.

Todos los ojos enfocan la elección presidencial de EU, el próximo 6 de noviembre, y sus consecuencias sobre el llamado abismo fiscal o fiscal cliff. Ayer el anuncio de política monetaria de la Fed, que casi siempre mueve a los mercados, fue ignorado porque el futuro inmediato de la economía está en manos del Presidente y el Congreso estadounidenses. En busca de protección ante sorpresas negativas, General Electric y otras empresas adelantan el refinanciamiento de su deuda con vencimiento a principios del próximo año.

Según el Comité de Mercados de la Fed, la economía está creciendo moderadamente, un poco más de consumo, pero menos inversión; el sector de bienes raíces mejora pero todavía está muy lejos de la recuperación. La expectativa de inflación de mediano plazo sigue anclada debajo de la meta de 2 por ciento. En tanto que la incertidumbre sobre la estabilidad financiera global, especialmente en la eurozona, frena el crecimiento de la economía. Sin mayores estímulos, el crecimiento económico no será suficiente para reducir sostenidamente la tasa de desempleo a niveles consistentes.

La Fed continuará con la política anunciada en septiembre. Aunque la Fed no lo indicó explícitamente para no meterse en terreno de las campañas políticas, la economía requiere mayor estímulo fiscal, una consolidación fiscal mucho menos restrictiva que la actual.

Desde hace tres años, el efecto combinado de la reducción del gasto federal, estatal y local es 1% del PIB, lo que ha reducido la tasa de crecimiento de la economía entre 0.5 y 1 por ciento.

La economía se mueve hacia el abismo fiscal. La ley vigente exige que, a falta de un pacto fiscal en el Congreso de EU que haga solvente la deuda pública, el primer aumento automático en las tasas de impuesto sobre la renta de las personas, corporaciones, y sobre la nomina, produce una reducción drástica de 5% del PIB del déficit público (8% actualmente).

Un choque de tal magnitud restará entre 2 y 4% al crecimiento proyectado para el 2013 que se encuentra en un rango de 1.8 y 2.4 por ciento. El resultado inmediato de este choque es una nueva recesión en EU que, dada la actual recesión de la eurozona y la debilidad de las economías emergentes, se convertiría en mundial. Es poco probable que los políticos estadounidenses permitan que esto ocurra. El fiscal cliff es un evento extremo de baja probabilidad pero de consecuencias catastróficas.

Los escenarios de solución son los siguientes: la solución fácil se obtiene si el partido del candidato que gane la Presidencia obtiene el control de ambas cámaras del Congreso; si gana Obama, el ajuste fiscal será basado en un incremento en las tasas de impuestos a los hogares con ingresos superiores a US250,000 y reducciones graduales del gasto publico. Los hogares con ingresos superiores a esa cifra representan solo 3%, pero contribuyen con 40% de los impuestos sobre la renta; si gana Romney, las tasa de impuestos permanecerán bajas para todo los contribuyentes y el ajuste fiscal vendrá de reducciones del gasto público y la ampliación de la base fiscal mediando la reducción de los gasto fiscales que producen las deducciones de impuestos.

Parece que es más probable que el partido del nuevo Presidente no controle ambas cámaras, entonces, la solución será más compleja. Probablemente, requerirá de un periodo adicional de negociación que podría extenderse hasta el primer semestre del próximo año. Mientras tanto, continuará la incertidumbre.

rfeliz@eleconomista.com.mx

Únete infórmate descubre

Suscríbete a nuestros
Newsletters

Ve a nuestros Newslettersregístrate aquí

Noticias Recomendadas