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Opinión

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Elecciones y lecciones ecológicas de Francia a México

Las elecciones llevadas a cabo en Europa para el Parlamento Europeo la semana anterior, en particular, lo ocurrido en Francia, dejan interesantes lecciones para México. Los partidos de centro derecha, derecha y extrema derecha han logrado un predominio claro, el cual se reprodujo en mayor o menor medida en gran parte de los países miembros de la Unión Europea. Francia tiene un régimen semi-parlamentario, en el que el presidente de la República es electo directamente por los ciudadanos, mientras que el primer ministro surge de las mayorías en la Asamblea Nacional. Esto, en el contexto del diverso ecosistema político-electoral de Francia, en el que interactúan – literalmente – decenas de formaciones partidarias, que, en teoría, ofrecen una minuciosa representación de la sociedad. La extrema derecha francesa encarnada en al partido Rassemblement National, encabezado por Marine Le Pen y Jordan Bardella, ha obtenido un triunfo sin precedente con más del 31% de los votos. A ello hay que sumar la votación del partido del presidente Emmanuel Macron Besoin d´Europe Majorité Presidentielle, de centro-derecha con 15% de los votos, así como de los partidos de derecha Les Republicains (7%), y Reconquête La France Fière (6%). Juntos, los partidos de derecha y de extrema derecha alcanzaron prácticamente el 60% de la votación. Téngase en cuenta que la propuesta de estos partidos tiene como aspectos centrales la inmigración, un alto a la islamización, los valores civilizatorios europeos, patriotismo económico, grandes proyectos de desarrollo tecnológico, y el fin de la expansión de la Unión Europea, además de rechazar la ideología de género, e incluir relevantes propuestas de política ecológica. Por su lado, la izquierda, configurada especialmente por El Partido Socialista Réveiller L´Europe ha obtenido casi el 14%, más, los votos de La France Insoumise de Jean-Luc Mélenchon que llegaron al 10%. Así, la izquierda en total suma 24%, sin contar a Gauche Unie que sólo recibió 2.4% sin escaños en el Parlamento Europeo. Por su parte, Los Verdes Ecologistas de Les Ecologistes han logrado 5%. Otros partidos ecologistas y animalistas franceses han quedado fuera del Parlamento Europeo por no haber obtenido más del 2.5% de la votación. La mayoría obtenida por la extrema derecha (Rassemblement National) ha llevado al presidente Macron a disolver la Asamblea Nacional de Francia, y a convocar a elecciones anticipadas para el 30 de junio. La apuesta de Macron es muy arriesgada, ya que de refrendarse el triunfo de las derechas habría un gobierno de cohabitación con Jordan Bardella (de extrema derecha) como primer ministro. Sería un punto de inflexión para la Quinta República.

Es posible conjeturar que Los Ecologistas tuvieron una votación relativamente baja, en un país con una elevada cultura ambiental, dado que tanto los partidos de derecha como de izquierda hicieron un buen trabajo para desarrollar una agenda ecológica propia sólida. Ello despojó a Los Verdes del monopolio en estos temas. No sólo dejó sin materia a Los Verdes, sino que permitió a izquierda y derecha construir propuestas y plataformas más o menos integradas y transversales, donde los temas ambientales o ecológicos se incluyen dentro de los ocho o diez puntos más sobresalientes de oferta política de cada partido. Destacan en la izquierda ideas de transporte público para la defensa del clima, la salvaguarda de los océanos y de los ecosistemas marinos, y la pesca sustentable, así como la lucha contra la contaminación por plásticos. Igualmente, la transición ecológica de la agricultura, ambiciosos fondos de inversión para la transición energética y ecológica financiados con impuestos a las grandes ganancias y fortunas, vivienda sustentable, prohibir los plaguicidas, lucha contra el cambio climático, y llegar a 100% de energías renovables en 2050. En la derecha sobresale la defensa de la energía nuclear y su desarrollo acelerado, una política ecológica de resultados y no derivada de entorpecer o limitar el crecimiento económico, el desarrollo de tecnologías verdes, la oposición a una “ecología punitiva”, la descarbonización del transporte a partir de trenes de alta velocidad, y mantener la soberanía sobre la protección de los espacios naturales y las actividades cinegéticas. Se enfatiza una revolución ecológica con inversiones a gran escala en energía limpia, transporte y agricultura. Con agendas protagónicas de este tipo, es fácil entender por qué los partidos ecologistas o verdes, alineados casi siempre con la izquierda, han obtenido votaciones poco significativas. Debe advertirse que, en Europa, muy particularmente en Francia, existe una intensa reacción de los agricultores y propietarios rurales contra las medidas de conservación de especies y de ecosistemas, y contra las políticas climáticas, que expresan diversos partidos ruralistas (con una votación marginal). Las lecciones para el PAN (único partido de oposición relevante que subsiste en México) son obvias. Una, muy importante, es que no debe permitir el monopolio del tema por parte de un inefable Partido Verde, integrante destacado del nuevo régimen autoritario instalado en nuestro país. Otras, también son obvias, y están a la derecha.

@g_quadri

Político, ecologista liberal e investigador mexicano, ha fungido como funcionario público y activista en el sector privado. Fue candidato del partido Nueva Alianza a Presidente de México en las elecciones de 2012.

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