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Opinión

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Flexitarianismo

Frente a la crisis climática y las alertas sobre las formas de explotación agrícola y su impacto en el medio ambiente, muchas personas en el mundo están decidiendo adoptar un régimen alimenticio flexitariano, es decir, un régimen que, si bien no es vegetariano, reduce el consumo de carne para tener menos impactos en el medio ambiente.

Varias de las polémicas en torno al veganismo se centran en el hecho de que muchos de los aminoácidos esenciales y hierro hemo que proviene de la mioglobina de la carne, son difícilmente asimilados en un régimen que excluya por completo productos de origen animal si no se suplementan. Además, por diferentes razones socioculturales, como por ejemplo las tradiciones culinarias de una comunidad que involucran en muchas ocasiones las preparaciones con diferentes tipos de carne; los gustos alimenticios y el prestigio social que en ciertos círculos deriva del consumo de carne; para muchas personas representa un verdadero obstáculo negarse a consumir carne. El flexitarianismo es la alternativa que muchas personas preocupadas por el medio ambiente han decidido adoptar, que en esencia consiste en disminuir las veces por semana que se consume carne y sustituirla por vegetales, leguminosas y otros alimentos. Esto deriva en un aumento en el consumo de vegetales y granos para sustituir la saciedad que ofrece la carne.

Las razones por las que las personas se vuelven flexitarianas, incluyen preocupaciones en torno a la salud; preocupaciones en torno al medio ambiente y también, preocupaciones en torno al sufrimiento animal para la producción de alimentos. Socialmente, la mayoría de flexitarianos está claramente definidos en varios países del mundo donde se han conducido estudios alrededor de ellos: están representados en su mayoría por mujeres (en algunos países llegan a más del 70%), con un alto ingreso económico y con alto nivel de estudios. La mayoría se concentra entre los 30 y los 50 años.

Para muchas personas, esto representa una alternativa ante el hecho de volverse totalmente veganas y seguir consumiendo carne en ocasiones más sociales, o cuando el antojo de algún platillo carnívoro en específico se haga presente. En una época en la que se categorizan de diferentes maneras la diversidad de formas de comer, resulta curioso pensar que probablemente muchos de nuestros antepasados en México o miembros de distintas comunidades actuales, llevan un régimen “flexitariano” sin categorizarlo, es decir, en muchos lugares se come carne cuando se puede o en ocasiones especiales. Definitivamente este tipo de categorías provienen de contextos en donde la hiperabundancia alimentaria está al acceso de todos los miembros de una comunidad en específico. Las desigualdades alimentarias y los contrastes globales, hacen que hoy en día existan este tipo de categorías coexistiendo con las maneras de comer en las que comer carne una vez por semana representa pues, un lujo.

Desde el punto de vista de los impactos de un régimen alimenticio que aumente el consumo de leguminosas, granos y verduras, evidentemente los beneficios siempre estarán a nivel individual, comunitario y ambiental. Es en la categorización de las maneras de comer, donde se revelan también los orígenes de las “tendencias”, develando cómo son las maneras de comer de determinado contexto. Sin duda el término flexitariano, está acuñado desde un contexto de hiperabundancia alimentaria, donde probablemente el consumo de carne per cápita excedió los límites de lo recomendado. Más allá de las categorías, adoptar maneras de comer que sean benéficas personalmente pero también, sostenibles a largo plazo.

Columnista de alimentación y sociedad. Gastronauta, observadora y aficionada a la comida. Es investigadora en sociología de la alimentación, nutricionista. Es presidenta y fundadora de Funalid: Fundación para la Alimentación y el Desarrollo.

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