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Opinión

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La nueva estrategia de la Fed

El anuncio de la Reserva Federal sobre el estímulo monetario operará a través de dos pilares: hoja de balance y señalización.

No pelear con la Fed fue el título de esta columna hace unas semanas. La semana pasada, el Comité de Mercados de la Reserva Federal sorprendió anunciando un nuevo y agresivo programa de estímulo monetario. La información oportuna muestra a la economía estadounidense en una trampa de alto desempleo y baja inflación. Desde inicio de la recuperación, en el 2009, la tasa de crecimiento de la economía es 2.1%, igual a la tasa potencial, insuficiente para reducir la tasa de desempleo, actualmente en 8.1%, al rango de 5 a 6% que la Fed juzga consistente con su mandato de máximo empleo, y la tasa de inflación promedio de 1.6% es inferior a la meta de 2 por ciento. La Fed revisó a la baja la tasa de crecimiento proyectada para el 2012 a 1.7-2%, desde 1.9-2.4% estimada en junio, y revisó ligeramente al alza el crecimiento del 2013 a 2.5-3%, y a 3-3.8% el del 2014 y el 2015.

Según el Comité de Mercados, sin apoyos adicionales, la tasa de crecimiento no será suficiente para reducir la tasa de desempleo. La nueva estrategia de estímulo monetario operará a través de dos pilares: hoja de balance y señalización. En el primer pilar se anunció la compra mensual de US40,000 millones adicionales de bonos hipotecarios, seguir con la Operación Twist hasta fin de año, y seguir reinvirtiendo en bonos hipotecarios los pagos de capital del portafolio de bonos. A través de estas operaciones se comprarán mensualmente al mercado US85,000 millones de bonos de largo plazo hasta diciembre, aplicando presión a la baja a las tasa de interés de largo plazo. A diferencia de las operaciones de hoja de balance anteriores (QE1, QE2) y Twist, en esta estrategia no se especifica ni el monto ni la fecha de vencimiento del programa, que serán contingente a la situación de la economía. En palabras del Comité, si las perspectivas del mercado de trabajo no mejoran sustancialmente, se continuará comprando bonos hipotecarios al ritmo planeado o en mayor monto, y podrían introducirse nuevos estímulos hasta reducir la tasa de desempleo en un contexto de estabilidad de precios.

El segundo pilar de la estrategia es la política de señalamiento o manejo de expectativas. La Fed anunció que alcanzar su mandado de máximo empleo y estabilidad de precios supone que se requerirán condiciones altamente acomodaticias de la política monetaria durante un tiempo considerable, aun después de que la economía se haya fortalecido. En esta línea, el Comité extendió hasta mediados del 2015 el periodo en que considera permanecerá sin cambio la tasa de interés de fondos federales en el rango actual de 0-0.25 por ciento.

La respuesta del mercado fue inmediata. La expectativa de inflación aumentó considerablemente. La tasa de inflación implícita en la estructura de tasas de interés nominal y real aumentó a un rango de 2.7-3% desde 2.1 antes del anuncio de la Fed. El dólar cayó frente a las divisas de los socios comerciales, y se apuntaló la tendencia de alza de los mercados de capitales que inició en junio.

Lejos de ser un problema, como algunos indican, el incremento en la expectativa de inflación es el objetivo buscado. La promesa de mantener condiciones monetarias acomodaticias aun cuando se fortalezca la economía y expectativas de inflación más altas se combinan para aumentar el impacto de la nueva estrategia de política monetaria sobre la demanda agregada de la economía. Si esta promesa fuera creíble, consumidores y empresas buscarán deshacerse de los activos seguros, pero de rendimiento nominal fijo, adquiriendo activos de riesgo que se aprecian en línea al crecimiento de la economía.

rfeliz@eleconomista.com.mx

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