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Maíz transgénico: cargas de la prueba
Son dos los temas centrales que marcan la discordia entre Estados Unidos y México, en materia de maíz transgénico: 1.- La presunta prohibición de las importaciones de ese producto, que habría impuesto el gobierno mexicano; y 2.- La premisa de las autoridades mexicanas de que el maíz modificado genéticamente, es dañino para la salud.
Estados Unidos y México deberán presentar sus respectivas argumentaciones ante un panel arbitral de solución de controversias, que tendrá que dirimir entre las partes.
Hasta ahora, a pesar del diálogo técnico que tuvieron los gobiernos de ambos países, no han logrado ponerse de acuerdo.
Si México pierde, sería objeto de onerosas sanciones arancelarias. Además tendría que retirar su afirmación de que el maíz transgénico daña la salud humana.
De acuerdo con los tiempos que marca el proceso de solución de controversias, la decisión final se estará emitiendo entre los meses de marzo y abril del próximo año 2024.
No se conoce el monto de los aranceles que podría imponer EU a las exportaciones mexicanas, porque depende del cálculo que realice el panel arbitral para determinar el daño económico que provoca la política mexicana en la materia.
El gobierno de México está seguro de que va a ganar la disputa con Estados Unidos por el maíz amarillo transgénico y de que el panel de solución de controversias le dará la razón.
La secretaria de Economía, Raquel Buenrostro, afirma que no hay una prohibición a la importación de maíz amarillo y en consecuencia no es contrario al T-MEC.
En este sentido, considera que Estados Unidos tiene la carga de la prueba. Es decir, ese país, tendrá que probar que México está prohibiendo la importación de maíz transgénico.
En ninguna parte del más reciente decreto en la materia se utiliza la palabra prohibición, afirma Buenrostro.
Advierte que la sustitución gradual de las importaciones de maíz transgénico no es una obligación legal; no es una prohibición.
Y tal sustitución gradual –explica–; será una migración paulatina que se irá realizando en la medida que México vaya incrementando su producción.
Hoy México, hay que recordarlo importa maíz amarillo para uso forrajero e industrial por un valor de 5,000 millones de dólares.Ese valor creció notablemente, de entre 2,500 y 3,100 millones de dólares de los años 2012 al 2020 a 4,800 y 5,000 millones de dólares en los años 2021 y 2022.
Las exportaciones de EU a México tienen enorme importancia para varios estados de aquella Nación.
La solicitud del panel arbitral, reitera la secretaria de Economía Raquel Buenrostro se explica por las presiones de los productores, en tiempos electorales. La funcionaria confía en que México ganará la disputa comercial.
Afirma que la política de México es facultad soberana y no tiene nada que ver con una prohibición o una violación a un tratado comercial, sino tiene que ver más bien con cuestiones de oferta y demanda.
En consecuencia, no hay afectación comercial. Se sigue importando maíz por parte de México y los exportadores de EU pueden seguir vendiendo maíz amarillo a México.
En paralelo, advierte,todo el maíz que produce México, no es transgénico.
La producción nacional de maíz blanco es muy superior, al que se requiere para masa y tortilla.
Explica que el rechazo del gobierno mexicano al maíz transgénico obedece a la intención de proteger la biodiversidad de México porque es un país de origen; centro de origen del maíz, prácticamente de todas las razas.
Lo que sí existe –admite– es una restricción para que se utilice maíz transgénico para la elaboración de tortilla.
“Estamos convencidos que nuestra regulación nacional es consistente con todos los tratados internacionales, particularmente con el T-MEC, y que las medidas tomadas no tienen afectaciones comerciales. Cuidamos mucho que no tuviera ninguna controversia con ningún tratado internacional, particularmente con el T-MEC”. Es muy probable que la Secretaria de Economía tenga razón en este punto.
Falta ver si también le asiste la razón en la política de rechazo al maíz transgénico, sobre la base de su argumentación en el sentido de que es dañino para la salud. En este punto, México tiene la carga de la prueba. Es decir, tendrá que probar que sí es dañino para la salud, o retractarse. Veremos.