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Política

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Cuarentena pega a empleados y dueños

En el país hay 31.3 millones de personas con empleos informales; no cuentan con seguridad social y en algunos casos su salario no alcanza ni siquiera el mínimo promedio.

Afectaciones económicas por coronavirus.

En el país hay 31.3 millones de personas con empleos informales; no cuentan con seguridad social y en algunos casos su salario no alcanza ni siquiera el mínimo promedio. Ante la presencia epidemiológica de coronavirus, algunos negocios seguirán abriendo, pero otros han optado por cerrar su única fuente de ingresos.

Durante las últimas dos semanas, las autoridades han planteado que el aislamiento social es la mejor manera de evitar los contagios de Covid-19. Por ello se anunció la suspensión de clases y eventos masivos, el cierre de cines, bares, museos, centros comerciales y otros espacios, y se solicitó a las empresas optar por el home office.

Celso, de 65 años, trabaja en un puesto de periódicos y revistas sobre avenida Juárez en el centro de la Ciudad de México desde hace 50 años, todos los días labora casi 12 horas, pero en la última semana su ganancia de 30 pesos al día le alcanza únicamente para su pasaje.

“Desde la semana pasada mi venta bajó 90%, ando vendiendo 100 pesos diarios y nada más 30 son para mí. Nosotros somos el termómetro, porque estamos en el trabajo informal y somos los primeros en sentir algo en la economía. Me voy a tener que mantener abierto, pero habrá días que no tendré ni para el pasaje y mejor me quedo en casa. Están buenas las medidas de salud, pero si no abro no como”.

Más adelante, sobre la calle Francisco I. Madero, Leonor, de 47 años, ha vendido billetes de la Lotería por 25 años. Explicó a El Economista que por el costo de un cachito de 10 pesos ella sólo gana 1. Su venta cayó 60 por ciento.

“Desde Lotería nos dirán qué medidas tomen. Yo fui enfermera de cirugía por ocho años y sé que los riegos implican estar en contacto directo. Yo soy el sustento de cuatro personas y espero que el gobierno por lo menos nos apoye en algo, porque si yo no vendo no tengo medios para cuidar a mi familia”.

Para Emmanuel, quien abrió una cafetería en la colonia Narvarte hace nueve años, la situación no es diferente, ya que la mayoría de sus clientes son trabajadores de una dependencia federal cercana a su negocio, así como empresas independientes, y tan sólo en los últimos días calcula que su venta disminuyó 80 por ciento.

“No tuve otra opción que cerrar. No sé cuánto tiempo estaré así, tal vez hasta que las autoridades lo indiquen. Yo tengo que seguir pagando la renta del local y los servicios, pero no tengo ganancia. Si dejo abierto puedo tener pérdidas en los alimentos y más gasto de luz y agua”.

Las personas que se encuentran en el sector informal no son las únicas que se verán afectadas económicamente por la pandemia, ya que se ha dado a conocer que algunas empresas han optado por el despido de personal, otras por la suspensión de pagos durante la cuarentena y otras por la reducción de hasta 50% de los sueldos de los empleados, bajo la justificación de que realizarán home office.

marisol.velazquez@eleconomista.mx

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