Gobierno se ahorra $17,000 millones por pagos electrónicos

El gobierno federal se ahorra en gastos de administración cerca de 17,000 millones de pesos al año, al dispersar las nóminas de sus trabajadores y el pago de sus pensionados a través de medios electrónicos, de acuerdo con un estudio que realizó Better Than Cash Alliance, empresa que trabaja junto con el Fondo de las Naciones Unidas para el Desarrollo de la Capitalización (UNCDF, por su sigla en ingles).

En conversación con El Economista, Beth Porter, asesora de política para Inclusión Financiera del UNCDF, comentó: El caso de éxito que ha tenido el gobierno mexicano es un ejemplo para otros países en desarrollo que pueden ver la ventaja que da a los gobiernos tener un desarrollo tecnológico en sus operaciones .

El estudio concluyó que la mayor parte de los ahorros proviene del pago de tarifas más bajas a los bancos que se encargaban de realizar las transferencias de dinero en efectivo, de los intereses devengados por el hecho de no tener que depositar los fondos con anticipo a los pagos, así como de la reducción en el volumen de pagos incorrectos o no autorizados.

El estudio estima que el cambio de efectivo a pagos electrónicos ha ahorrado el equivalente a 3.3% de los gastos relacionados con los salarios, las pensiones y las transferencias sociales, con la ventaja adicional de un aumento en la transparencia; además, se han sentado las bases para que los servicios bancarios lleguen a quienes hoy en día tienen poco o ningún acceso a éstos.

El cambio por etapas, en lugar de establecer todos los tipos de pagos a la vez, funcionó en el contexto mexicano, y podría resultar exitoso en otros entornos , aseguró la especialista.

FALTA AVANZAR EN PROGRAMAS SOCIALES

El estudio destaca que, a finales del 2012, casi la mitad de los pagos por concepto de sueldos y la mayoría de las pensiones, así como los pagos a proveedores, se habían centralizado en la Tesorería Federal.

Sin embargo, sólo una pequeña porción de transferencias de los programas sociales, 3,442 millones de pesos, es decir, menos de 4% del monto total, se desembolsaba de manera centralizada, mientras que 96% de este gasto se dispersa a través de programas estatales y municipales.

Esto no significa necesariamente que un porcentaje tan bajo de los pagos de transferencias se pague electrónicamente, sino que ésta es la categoría de pagos del gobierno a personas que ha demostrado ser, con mucho, la más difícil de centralizar.

México ha avanzado mucho en los pagos electrónicos, pero falta avanzar en la coordinación con otras entidades de gobierno para que se mejore el grado de centralización de los programas , dijo Porter.

ehuerfano@eleconomista.mx