No teman al futuro computarizado

Yo vivo a cerca de tres horas de distancia de la ciudad de Washington, en la que trabajo. Todos los martes, miércoles y jueves, a las 4 de la mañana, mi habitación se separa de mi casa. La puerta de mi dormitorio se cierra, y mi habitación, encima de una plataforma sobre ruedas, se impulsa a sí misma a través de giros y vueltas desde mi barrio hasta la carretera.

Todo esto ocurre casi en silencio, mientras permanezco profundamente dormido. A las dos horas de mi viaje, a las 6 am, viajando a 90 kilómetros por hora, mi alarma se apaga. Me despierto, camino a pie desde mi cama a la ducha y me visto para la jornada laboral. Son ahora las 6:45 am, y tengo unos 15 minutos para checar el correo electrónico mientras mi dormitorio se enrolla en un vasto garaje subterráneo debajo de mi edificio de oficinas. Tomo el largo viaje en el ascensor y estoy en mi escritorio unos pocos minutos después de las 7 de la mañana.

Agendé un montón de reuniones presenciales con mis colegas y clientes durante estos tres días. A las 3 de la tarde tomo el ascensor para bajar, volver a entrar en mi habitación y trabajar desde mi escritorio durante el viaje a casa. Al final del día estoy de regreso a tiempo para cenar con mi esposa e hijos.

Por supuesto, nada de lo que acabas de leer es cierto. Pero, ¿es éste el futuro que nos espera?

Yo estaba en una conferencia hace no mucho tiempo cuando alguien audazmente proclamó que cuando la gran esfera caiga en Times Square al final del 2016, vamos a vivir en un mundo impulsado por de coches autónomos (manejados por computadoras). Para mí, un coche sin conductor es un coche que no tengo que conducir. Resulta que no todo el mundo comparte esa definición.

Ford ya ha descubierto la manera de estacionar nuestros coches en paralelo para nosotros. The New York Times resumió recientemente lo que está por venir: Este verano, Tesla tiene la promesa de dotar su sedán modelo S para hacerse cargo de la autopista bajo ciertas condiciones. En enero, Audi introducirá un vehículo que puede pilotearse a sí mismo a través de embotellamientos. El próximo año, Cadillac ofrecerá un manejo sin manos para la carretera con su Súper Cruise .

Es cierto, usted no será capaz de tomar una siesta durante la conducción. Sin embargo, un coche que pueda navegar el tráfico de la carretera tiene mucho más que ofrecer que sólo el control de crucero.

Eso puede ser sólo el comienzo. Camiones que pueden conducirse a sí mismos podrían revolucionar la industria del transporte, trayendo productos al mercado en todo el país mucho más barato de lo que hacen hoy en día. Y (de verdad) los coches sin conductor podrían significar que un viaje no es nada más un viaje: en mi escenario ficticio presentado anteriormente, yo no estoy perdiendo cualquier ocio valioso o tiempo de trabajo durante mis seis horas en la carretera.

Tan maravilloso como puede ser este futuro, el camino a seguir es probable que sea rocoso.

¿Qué sucede cuando uno de estos coches esté involucrado en un accidente mortal? Imagínese esta terrible escena: el coche delante de usted, con el asiento trasero repleto de niños, chilla hasta que se detiene, y el software de su coche dirige a su auto para hacer una fuerte maniobra hacia la derecha para evitar golpear y matar a un peatón.

¿Quién es moralmente responsable? ¿Y quién decide si el coche está programado para cambiar de rumbo, tomar una derecha fuerte, y reducir las muertes? ¿El programador que trabaja para la empresa de alquiler? ¿El Departamento de Transporte? ¿El Congreso? La tecnología de los coches sin conductor centralizaría la decisión. Pero la decisión aún tendría que ser tomada.

Digamos que esta tragedia se repite sólo un par de veces al mes. El número de víctimas mortales de tráfico se desploma en relación con el número actual. Pero como se trata de una nueva tecnología, los medios de comunicación reportan cada incidente. Un lento y constante flujo de malas noticias se produce.

¿Cuánto tiempo pasará hasta que algún ambicioso fiscal se postule para gobernador con una plataforma para prohibir los coches sin conductor? ¿En qué momento el paso de la burocracia federal se incorporará a una regulación onerosa? Cuando las demandas se acumulen, ¿cómo responden los tribunales?

Sin embargo, los beneficios económicos de los coches sin conductor serían enormes. La mejora en la vida cotidiana de la gente sería significativa. Mientras que es fácil imaginar al gobierno que quiere frenar la marcha de la tecnología, es difícil imaginar que quiera apagarla.

Son los beneficios económicos e individuales los que reciben la mayor atención en la discusión de los coches sin conductor. Pero los avances tecnológicos ayudan a la creación de sucursales para crear hermanos y primos.

Las armas autónomas ya se están desarrollando. Las guerras del futuro están en camino de involucrar menos soldados y más máquinas. Las implicaciones morales son amplias. ¿Es moralmente lícito permitir que una pieza de software seleccione, ataque y mate blancos humanos? ¿Dónde está la línea entre apretar el gatillo de una pistola y dar clic en el icono de inicio de un programa bélico automatizado?

La regla debe ser simple: las máquinas siempre deben ser una herramienta para los seres humanos. La sociedad debe mantenerlos en su estación adecuada. Pero la interpretación de esa norma y la manera de ejecutarla correctamente es donde el caucho golpea el camino.

A pesar de las percepciones y las nuevas tecnologías, ninguno de estos problemas son nuevos. Durante siglos, la tecnología ha creado beneficios económicos y desafíos morales. La introducción de las armas químicas, bombas atómicas, aviones no tripulados y más nos dejó en busca de respuestas; los seres humanos tuvieron que decidir el desarrollo de la guerra. Pero incluso si el mañana trae guerras de robots, los seres humanos tendrán que decidir cómo procederán tales guerras.

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