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Arte e Ideas

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Capital Mental: Stalin, la Mona Lisa y los Zetas

A Stalin se atribuye haber dicho que la muerte de un individuo era una tragedia, mientras que la de un millón de personas era solo un dato estadístico.

A Stalin se atribuye haber dicho que la muerte de un individuo era una tragedia, mientras que la de un millón de personas era solo un dato estadístico. Lo extraordinario de este juicio es su ambigüedad intrínseca, capaz de provocarnos una inquietante duda moral, como quien observa dilatadamente el rostro de la Gioconda, sin saber bien a bien cómo reaccionar. ¿Es esta una mujer profundamente melancólica – es posible preguntarse - o una astuta cortesana que mira la vida a su alrededor con un calculado aire de desprecio e indiferencia.

Esta semana una prestigiada revista científica informó que el año pasado cerca de 165 millones de europeos, casi cuatro de cada diez, sufrió alguna enfermedad mental (mera estadística, tal vez diría con evidente sorna el déspota georgiano). Lo trágico deviene, sin embargo, de que la mayoría de las personas mentalmente enfermas en el continente europeo hoy día están deprimidas, según Hans-Ullrich Wittchen, profesor de la Universidad Tecnológica de Dresde. Y si a esto agregamos que cerca de 15 millones son dependientes alcohólicos y, conservadoramente hablando, se calcula que hay dos y medio millones de adictos a drogas ilegales, entonces existen motivos más que sobrados para suscribir shakeapereanamente aquello de que algo huele a podrido en Dinamarca , pero que el tufo se está extendiendo por el resto de la Unión Europea.

Por ejemplo, en un artículo reciente del periódico El País se comenta que Cada día se suicidan en España nueve personas, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística -publicados el pasado julio y correspondientes a 2009- empujados principalmente por la depresión, el alcoholismo y la esquizofrenia. La muerte voluntaria encabeza la lista de causas violentas de defunción, con un total de 3.429 víctimas; apenas ocho más que en 2008.

Como todo mundo sabe la situación económica en el mundo, de 2008 a la fecha, se ha ido desplazando peligrosamente de Guatemala a Guatepeor. De la mano con este abrupto despeñe, también las tasas de desempleo y la prevalencia de personas deprimidas, desesperadas y sobre todo desesperanzadas que recurren a quitarse la vida, se ha incrementado. Tan solo basta saber que tanto Grecia como Irlanda, con las peores crisis financieras, han presentado recientemente las mayores tasas de suicidio en Europa.

En México no hay porqué preocuparnos. Sabemos que existen amplias reservas monetarias y aunque hay más de 40 millones de mexicanos que sobreviven en pobreza y miseria, la prevalencia actual de trastornos mentales, el porcentaje de enfermos deprimidos y las cifras de personas que se han suicidado o la han intentado, no debe de quitarnos el sueño.

Así podremos seguir con mayor placer las campañas políticas para la futura presidencia de la república.

Mientras tanto, la guerra contra el narco puede continuar diezmando a nuestra población joven, la cual ni falta le hace tener que suicidarse.

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