Capital mental: ¿Dónde quedaron los 609,000 mdd?

Para poder responder la pregunta que da título a esta entrega es útil saber que cada siete segundos, en algún lugar del planeta, alguien (de antemano no es posible saber quién) comenzará a presentar los síntomas característicos de alguna demencia.

Las demencias son enfermedades mentales que provocan la pérdida progresiva -e irreversible- de la memoria. Y aún cuando a la fecha no se conocen con precisión las causas, está claro que el cerebro es el principal órgano afectado.

La edad es uno de los factores predisponentes. Así es que en la medida en que las sociedades aumentan el promedio de vida de sus habitantes, el riesgo de multiplicar los casos de demencia es mayor.

Obviamente, esto no significa que la mayoría de personas al sobrepasar cierta edad estarán condenadas a perder sus facultades intelectuales. Sin embargo, se calcula que a partir de la sexta década de la vida, el riesgo de desarrollar esta enfermedad mental aumenta un 20% con cada cinco años de vida acumulada.

Lo malo es que a la fecha no se conoce ninguna manera de prevenir su aparición y los tratamientos existentes aún no han probado su eficacia. De ahí que las demencias sean un problema muy serio de salud pública que, tan solo en 2009, tuvo un costo de 609,000 millones de dólares a nivel mundial.

Algo que en México todavía nos está siendo muy difícil de asimilar, o al menos de entender, es la estrecha relación entre salud mental, productividad y crecimiento social.

Por desgracia, el impacto en la economía derivado de la alta prevalencia de trastornos mentales en nuestra población (Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica 2002), pareciera ser un fenómeno inexistente o un mero dato postergable a juicio de nuestros políticos.

Tal vez crean que el tema de salud mental solamente se relaciona con los "locos de manicomio", cuando enfermedades como la depresión, la esquizofrenia, la dependencia al alcohol y la demencia, por mencionar algunas, representan el 13% de la "carga global de enfermedades", por encima de trastornos cardio-vasculares y cáncer.

En días recientes la revista Nature publicó los resultados de un trabajo transdisciplinario e internacional en el que más de 400 investigadores científicos, defensores de los derechos humanos, líderes de programas de salud y personal clínico (psiquiatría, psicología, enfermería, trabajo social, etcétera) definieron los mayores retos para la salud mental mundial y, por lo tanto, las prioridades de investigación que en la próxima década tendrán el mayor impacto en las vidas de personas con algún trastorno mental y neurológico.

Se concluyó sobre la necesidad en la cooperación global en los procesos de estudio para tener acceso a la información, las experiencias y las oportunidades de fortalecimiento. Asimismo, será indispensable desarrollar el Capital Mental de la sociedad: conjunto de recursos cognitivos y emocionales para que cada individuo tenga la posibilidad de contribuir con su comunidad y de mantener un nivel adecuado de vida.

De no actuar ya, la depresión, las adicciones, el trastorno bipolar, las demencias y el suicidio crecerán provocando daños económicos significativos.