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Arte e Ideas

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La droga mágica para curar la depresión

Un pionero del uso psiquiátrico de la ketamina fue un médico mexicano: Salvador Roquet.

Con tan sólo medio miligramo de ketamina por kilogramo de peso corporal, en solución intravenosa durante 40 minutos, es suficiente para borrar los síntomas más devastadores de la depresión, informó recientemente el Dr. James W. Murrough de la Brain and Behavior Foundation (http://bbrfoundation.org/).

En una investigación clínica realizada con 72 enfermos deprimidos resistentes a los tratamientos farmacológicos y al electrochoque, la ketamina bastó para que -en menos de 24 horas- más de la mitad se sintieran aliviados. Pero lo más impresionante es que una semana después, 45.7% de las personas tratadas con ketamina continuaba libre de síntomas depresivos y sin mayores efectos colaterales.

La ketamina fue originalmente desarrollada como anestésico general hace más de medio siglo a partir de la síntesis de la fenilciclidina. Ambas drogas, además de tener efectos anestésicos, pueden provocar alucinaciones intensas y estados disociativos de tipo psicótico. Sin embargo, la cantidad de ketamina que se usó en la investigación dirigida por el Dr. Murrough representa tan sólo la cuarta parte de la dosis anestésica y es mucho menor a la que acostumbran quienes se drogan con fines recreativos.

Por otra parte, el mes pasado, la revista Neuropsychopharmacology publicó un estudio auspiciado por el National Institute of Mental Health, sobre una sustancia parecida a la ketamina (GLYX-13), capaz de inducir efectos antidepresivos pero sin los inconvenientes de abuso, dependencia y alteraciones de tipo esquizofrénico que ocurren con el uso callejero de la ketamina. Con una sola dosis de GLYX-13 se obtuvo una eficacia antidepresiva dos veces más clara que la observada con medicamentos antidepresivos convencionales.

Además de las esperanzas en la mejoría de vida de millones de personas que sufren en todo el mundo de depresión, estas noticias se traducen en un potencial de ganancias multimillonarias para los desarrolladores de nuevos y más eficaces tratamientos psiquiátricos.

El mes pasado, Naurex, una compañía desarrolladora de tratamientos clínicos cuyo programa se basa en las investigaciones de su fundador, el Dr. Joseph R. Moskal, de la Universidad Northwestern, anunció que ya está preparando la siguiente fase de investigación con GLYX-13 para la depresión resistente.

La noticia se hizo pública una vez que Naurex completó la venta de acciones por valor de 18 millones de dólares para el financiamiento del estudio. Lo cierto es que, si las cosas salen bien, los más probable es que dentro de poco tiempo Naurex estará vendiendo el GLYX-13 a alguna de las poderosísimas empresas de la big pharma por cantidades de dinero muchas veces más altas que las que ahora se mencionan.

Resulta curioso que un pionero del uso psiquiátrico de la ketamina fue un médico mexicano. Salvador Roquet, a principios de los 70 del siglo pasado, realizaba sesiones grupales maratónicas administrando ketamina a sus pacientes y otras drogas alucinógenas. Según él, había que romper con la neurosis provocando una desintegración de la personalidad antes de comenzar la curación o psicosíntesis.

Finalmente, el establishment psiquiátrico logró meter a Roquet en la cárcel. ¿Qué dirían hoy esos detractores?

moises.rozanes@eleconomista.mx

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