La maya, una cultura en expansión

Si tú me preguntas sobre las culturas milenarias del planeta, la más sorprendente ahorita, la más misteriosa y la más inquietante es la cultura maya , escucho decir a un emocionado Esma Bazán, director general del Instituto de Historia y Museos de Yucatán.

Me acerco a Bazán, en un recorrido para la prensa por la exposición Mayas: revelación de un tiempo sin fin, que se encuentra en Palacio Nacional y que fue inaugurada el fin de semana, con la presencia de Enrique Peña Nieto, tres secretarios de estado (Hacienda, Educación y Turismo) y cuatro gobernadores, entre otros funcionarios.

Bazán fue el principal promotor del Gran Museo del Mundo Maya de Mérida, recinto que a un año de haber sido inaugurado ya ha recibido seis premios y de donde provienen una buena cantidad de las 479 piezas que integran la exposición (aunque hay de otras regiones e incluso de museos de Belice y Guatemala), y en una breve charla con él, queda clara la relevancia de esta exposición desde otro punto de vista.

Más allá de los premios que ha ganado, ¿cuál es el éxito que ha tenido el Gran Museo del Mundo Maya de Mérida con su público? , le pregunto a Bazán.

El promotor cultural explica que no hicieron el proyecto para ganar premios. Aunque destaca que incluso antes de terminar la obra ya nos estaban invitando a Londres para ese importantísimo premio al que ellos llaman el Oscar de las producciones público privadas y el Covarrubias del INAH.

Bazán tiene a todos sus públicos claramente identificados y medidos, pero le pido que me hable del público regional.

No debí sorprenderme cuando me pasó por primera vez lo que me ha pasado (ya) en muchas ocasiones. La primera vez me sorprendí y me dejó pensando que pasó lo que debía pasar naturalmente .

Bazán se acercó a un grupo de visitantes mayas que estaban hablando en maya. Me dijeron que eran de la región de Peto, al sur de Yucatán, y que estaban discutiendo sobre cómo estaban hechos los bordados, porque en los dioramas, en vez de usar acuarela o gouache, se contó lo que se quería contar con bordados, ésa es una de las condiciones museográficas sui géneris del Gran Museo del Mundo Maya.

Y luego la señora que coordinaba ahí a sus nietos, su marido, su nuera, porque me los fue presentado, me dice: ‘Yo no necesito que me explique nada, venga conmigo, Esma Bazán, yo le voy a explicar a usted su museo’, y lo hizo, me sorprendí mucho. Luego me volvió a pasar, una vez y otra y otra, muchas veces. Algunas yo lo provoco, un poco .

Bazán aclara que le comentó a la señora que el museo no era suyo, que era de ella. Bueno sí, es mío, pero usted le puso mucho trabajo , le contestó. Tenemos un promedio de 1,000 visitantes locales el domingo, que es gratis y entran unas 1,500 personas. Eso, como promotor, me emociona mucho, me hace creer que la cultura es el valor integrador de este país, no hay otro valor que integre a esta nación como la cultura en todos los órdenes y en todos los sentidos. Se lo comenté al Presidente en la inauguración y lo escuchó muy atento, no por compromiso.

Ese es el día a día (del museo), estamos contribuyendo a dimensionar la cultura maya .

Le pregunto a Bazán si, además de su labor, le parece que hay una suerte de resurgimiento de la cultura maya, la prehispánica y la actual.

Desde luego, hay una revaloración, un apropiamiento de las tradiciones, de las formas de hacer, de ser, de hablar, de comer, de vestir...

manuel.lino@eleconomista.mx