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María Novaro defiende la solidez del Focine

En la iniciativa para reformar la ley de cine, que en septiembre iniciará su proceso legislativo, instrumentos presupuestales, como el Focine, estarán más fortalecidos, asegura la directora del Imcine.

"Que el Fidecine estuviera en la ley no garantizó su continuidad”, declara la directora general del Imcine; añade que en la iniciativa para reformar la ley de cine, que en septiembre iniciará su proceso legislativo,  los instrumentos presupuestales estarán más fortalecidos

El miércoles pasado, se difundió información sobre el rechazo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación a un proyecto para la desaparición formal del Fondo de Inversión y Estímulos al Cine (Fidecine) y se canalizó el asunto al ministro Alberto Pérez Dayán para analizar el caso, sobre todo, ante la promoción de un amparo para impedir la extinción del fideicomiso.

En este contexto, comenzó a circular una carta firmada por más de 500 integrantes de la comunidad cinematográfica donde se argumenta que “el decreto que extinguió el Fidecine eliminó de la ley esa garantía, y no la sustituyó por otra garantía que tuviera, al menos, el mismo nivel de protección”.

Uno de los puntos clave de la postura de los firmantes de la carta pública es que el Focine, programa que sustituye al Fidecine y al Fidecine, tal como está actualmente, carece de fundamento legal y, por tanto, es susceptible a desaparecer sin mayores trámites.

Por esa razón, se vuelve necesario afianzar el instrumento no pensando en la evidente disposición de la presente administración para mantenerlo y enriquecer su rango de apoyos, sino pensando en afianzar su prevalencia a lo largo de las futuras administraciones.

El Economista conversa con la cineasta y directora general del Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine), María Novaro Peñaloza, quien coincide con la postura gremial de que “la obligación del Estado de fomentar el cine mexicano esté sustentada legalmente, que esté fortalecida en la ley”, pero arguye que incluir el nombre de un instrumento en la ley y dedicarle un capítulo no necesariamente es una garantía de su afianzamiento, en cambio, propone trabajar en el fortalecimiento y actualización de la ley para establecer en ella la responsabilidad del Estado sobre la producción, distribución y exhibición cinematográfica en el país, a manera de piso firme sobre el que habrán de construirse los programas y políticas que los consoliden.

“Que el Fidecine estuviera en la ley, con un capitulado propio, no garantizó su continuidad. Entonces, por un lado, ese argumento me parece un poco débil”, opina y añade: “los beneficios del Focine son muy contundentes en el sentido de que se da mucho más apoyo a muchas más películas de una manera mucho más vigorosa que lo que se hacía en el Fidecine. Creo que eso nadie lo va a discutir porque los números hablan y es muy claro que es un instrumento mucho más efectivo que lo que fue el Fidecine”.

Lo que contempla la nueva ley

Desde hace más de un año, el Imcine junto con el Indautor, las secretarías de Cultura y Gobernación, la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC) y diversos grupos de la comunidad cinematográfica han venido trabajando en el anteproyecto para la nueva Ley Federal de Cinematografía, señala Novaro, “que sí corresponda a los tiempos actuales, porque hay muchos temas que la ley vigente no toca, y para que la actividad cinematográfica esté en un marco legal más contemporáneo y actualizado”.

La directora del Imcine confirma que ya se ha entregado “una versión bastante pulida” después de ponerse a consideración de distintos sectores de la industria.

“Pero me atrevo a decir que ese proyecto de ley ya está listo, ya está en la Cámara de Diputados y ya se está considerando en qué momento legislativo entra. Ahí, por supuesto, está estipulada la obligación del Estado mexicano de fomentar el cine nacional. Está estipulada, pero no con un nombre y en un capítulo que de repente pueda irse, sino que está en todo el cuerpo de la ley. Creo que así van a estar muchas más fortalecidas las actividades de fomento, no sólo del Focine sino todos los instrumentos que tenemos”.

El Fidecine, argumenta, fue un fideicomiso especializado en largometrajes de ficción y en algunos momentos apoyó algunos largos de animación. “Nunca tuvo documentales ni cortometrajes y el apoyo a exhibición fue muy raquítico, fallido, a través de un programa de créditos que no funcionó. El Focine está dando apoyos a la producción de manera especializada, pero también hay apoyos a la exhibición y a la preservación del patrimonio cinematográfico. Todo eso está especificado en los capítulos que corresponden en la iniciativa de ley, para que quede de una manera más sólida a la del Fidecine”.

La funcionaria comparte que el compromiso es que esta iniciativa de ley inicie su proceso legislativo en septiembre próximo, con el arranque del próximo periodo ordinario.

El detrimento de la exhibición

La actual Ley Federal de Cinematografía se gestó en 1992, y sustituyó a la Ley de la Industria Cinematográfica, que fue creada en 1949 y modificada en 1952. La reforma de 1992 sucedió como un requerimiento de la creación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC), que dio ventajas a la industria cinematográfica estadounidense por sobre la mexicana.

Mientras que la ley de 1952 ordenaba la reserva de un 50% del tiempo en pantallas del país para la exhibición del cine nacional, con la entrada en vigor del TLC, las autoridades mexicanas concedieron la reducción al 30% del tiempo en pantalla del cine mexicano y se obligó a reducirlo gradualmente hasta quedar en el 10 por ciento.

Es posible encontrar más información sobre el contexto en el libro “Situación actual y perspectivas de la industria cinematográfica en México y en el extranjero” (UdeG, Imcine, 2006), coordinado por Néstor García Canclini, Ana Rosas Mantecón y Enrique Sánchez Ruiz.

Estos antecedentes resultan fundamentales para dimensionar el panorama que ha enfrentado la cinematografía nacional en las últimas décadas, dado que la reducción de la exhibición del cine nacional en pantallas comerciales es uno de los factores más importantes, si no es que el más, que impiden que muchas de las películas nacionales cumplan a cabalidad con su ciclo: encontrarse con su público.

El 30 de noviembre de 2018, un día antes de la transición de gobierno en nuestro país, los presidentes Donald Trump, Justin Trudeau y Enrique Peña Nieto firmaron el T-MEC, que, en el Capítulo 15, titulado “Comercio transfronterizo de servicios”, en el apartado de Servicios de cine, se establece lo siguiente:

“Los exhibidores reservarán el 10 por ciento del tiempo total de exhibición a la proyección de películas nacionales”.

Las autoridades mexicanas no fueron capaces de ganar terreno para el cine nacional y esto ha acotado la lucha del gremio frente al sometimiento estadounidense sentado en el tratado.

“Hemos hablado muchas veces con los exhibidores comerciales”, dice Novaro considerando las alternativas sobre la exhibición. “Tenemos algunas ideas en puerta que ojalá ayude a que esto se destrabe. Por ejemplo, con Cinépolis hemos tenido un diálogo muy fructífero. En muchos aspectos ellos han probado algunas cosas que hemos diseñado juntos y ahora está sobre la mesa una propuesta de que, en los complejos con 10 salas una de ellas esté dedicada al cine mexicano. Lo están considerando. Ojalá fructifique porque la relación del público mexicano con su propio cine se rompió desde 1994 y hay que reconstruirla, hay que volver a acercar y garantizar que la gente pueda acceder a su propio cine. Es un gran pendiente”.

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191 millones de pesos, los recursos con los que cuenta el Focine en 2023

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La producción crece en el país

El 2021 fue un año récord para el cine mexicano con la cifra de 259 largometrajes producidos, de los cuales 144 (56%) fueron apoyados con recursos públicos. Del total, 116 películas fueron óperas primas. Las cintas producidas en 2020 fueron solamente 111, mientras que en 2019 se produjeron 216 largometrajes.

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“En el cuerpo de la propuesta de ley está especificado todo lo que se hace a través de Focine, está en distintos capítulos porque el Focine es un instrumento de apoyo mucho más amplio que lo que en su momento fue Fidecine”.

María Novaro, directora general del Imcine

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Para tener mayor contexto:

Desaparición del Fidecine, en vilo en la Suprema Corte de Justicia de la Nación

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