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China muestra su crecimiento acuático

En la última fecha del Mundial de Natación, los chinos lograron apoderarse del segundo puesto del medallero, mientras Estados Unidos mantuvo su hegemonía de las últimas cinco ediciones.

La inesperada victoria de Sun Yang en los 1,500 metros libres, con todo y récord del mundo incluido durante el Mundial de Natación en Shanghai pone en claro el crecimiento que China ha tenido en competencias en las que antes no lograba figurar como protagonista.

Mientras países como Estados Unidos han mantenido su supremacía en los últimos 10 años –del 2000 a la fecha solamente no fue primer lugar del medallero en el Mundial del 2001-, China ha demostrado poco a poco lo mucho que ha funcionado su sistema deportivo nacional, que no sólo les dio el triunfo en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, sino también los ha acercado a la cima del medallero del Mundial de Natación.

El crecimiento chino

En Fukoka 2001, cuando la fiebre de Sydney 2000 le dio el título del Mundial a Australia, China aprovechaba la baja de nivel de Estados Unidos y se ubicaba en el segundo puesto del medallero general, al colgarse 10 oros, seis platas y cuatro bronces, siendo su disciplina más fuerte los clavados, en la cual lograron adjudicarse ocho metales áureos.

Dos años después, en Barcelona, los chinos no pudieron mantenerse tan cerca de la cima y se ubicaron cuartos, con 19 medallas en total, siete de oro, cuatro de plata y ocho de bronce; igual que dos años atrás, sus disciplinas más fuertes fueron clavados y natación (cuatro y tres oros, respectivamente).

Para Montreal 2005, China volvió a acercarse a la cima, aunque su esfuerzo no le alcanzó más que para quedarse en el tercer puesto del medallero general, con 17 medallas: cinco oros, cinco platas y siete bronces. Todos los metales dorados se los llevaron a casa los clavadistas chinos.

En Melbourne 2007, a un año de sus Juegos Olímpicos, China volvió a caer al cuarto puesto en el medallero general, con 16 metales, nueve de oro, cinco de plata y dos de bronce. De nueva cuenta, clavados fue la única disciplina que otorgó metales áureos para los chinos, quienes parecían apostar por los saltos ornamentales, como las pruebas que les daban la gloria.

Después de Beijing: Roma y Shanghai

Tras haber sido los reyes de los Juegos Olímpicos del 2008, los chinos parecieron haber tomado una bocanada de aire fresco y se dispusieron a mantenerse dentro de los mejores del orbe.

En Roma 2009, los chinos se adjudicaron 29 medallas, de las cuales 11 fueron de oro, siete de plata y 11 de bronce. Durante este Mundial, China logró ampliar su dominio en algunas pruebas de natación (800 y 1,500 libres varonil y 50 metros espalda, 4x200 libre y 4x100 estilos femenil), mientras que en clavados se quedaron siete de los 10 títulos posibles.

Por eso, hoy China -de nueva cuenta en su terreno- sólo permitió que Estados Unidos (32 medallas, 17 oros, seis platas y nueve bronces) le pasara por encima y se ubicaron segundos, con 36 medallas en total, 15 oros, 13 platas y ocho bronces. De nueva cuenta, los clavados fueron sus pruebas reinas, ya que arrasaron con todos los metales áureos tanto en femenil como en varonil. No dejaron nada, mientras que en natación se quedaron con cinco oros, tres de ellos en la rama femenil y dos más en la varonil, uno de ellos, el de 1,500, con el récord del mundo: el del nuevo rey Sun Yang.

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