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Deporte mexicano, ¿soportaría un segundo año sin público?
En el futbol, hay clubes que reciben hasta el 40% de sus ingresos de las taquillas; en el basquetbol, ya piensan en estrategias para monetizar el streaming.
La llegada del 2021 no ha cambiado el panorama deportivo de México. La mayoría de estadios permanecen cerrados y los que permiten acceso mantienen una capacidad menor del 50%, como ordenó la Secretaría de Salud en octubre. El invierno y las fiestas de fin de año han provocado un repunte de contagios y, ante ello, ninguna liga ha cambiado sus protocolos, por lo que se avecina un segundo año sin público.
“Tuvimos un desgaste de recurso humano muy fuerte en esta temporada. Tenemos que planear pensando en que este 2021 va a ser exactamente igual, prefiero prepararme pensando en lo peor y llevarnos la sorpresa de que ese escenario no pase”, relata Sergio Ganem, presidente de la Liga Nacional de Baloncesto Profesional (LNBP), en entrevista con El Economista.
En 2020, el basquetbol tuvo que reducir su calendario de cinco a tres meses y una tercera parte de sus equipos participantes se dieron de baja porque no tenían la sustentabilidad de un torneo en pandemia. Además, los puros protocolos sanitarios le costaron a la liga un extra de 23 millones de pesos.
El futbol profesional se vio obligado a suspender todos sus torneos (Liga MX, Liga de Ascenso, Liga MX femenil y divisiones menores) el 22 de mayo, dejando un año sin campeón por primera vez en la historia. La actividad retornó en julio sin público en los estadios. De hecho, el primer partido, planeado para el jueves 23 de julio, se suspendió por contagios de Covid-19. Antes de que reiniciara el futbol, ya habían 100 contagios entre los clubes y staff de la liga.
¿La Liga MX puede soportar dos torneos sin público?
“La liga sí, pero un equipo tal vez no. Al no haber descenso, la liga va a sobrevivir, tiene derechos televisivos y patrocinadores que le ayudan a sostenerse, el problema va a venir cuando unos equipos levanten la mano para decir que no pueden pagar a sus jugadores y entonces puede venir una huelga. El riesgo es que algún equipo que no tenga el ingreso de taquilla pueda verse comprometido para poder pagar la nómina”, responde a este diario Gerardo Barrón, ex director de mercadotecnia de Tigres.
De acuerdo con estimaciones de esta fuente, entre el 35 y el 40% de los ingresos de Tigres en una temporada provienen de las taquillas del estadio. Los felinos son el único club que vende el 100% de sus abonos año con año, por lo que garantiza llenos en todos sus partidos. En otros clubes con menores promedios de afluencia en la Liga MX, calcula que la taquilla represente el 15 o 20% de los ingresos.
Las mayores afectaciones serán en las relaciones con los patrocinadores, agrega Barrón, debido a que la falta de gente en los estadios hace imposible generar activaciones, tener acceso a los jugadores, a firmas de autógrafos y otras actividades estipuladas en los contratos normalmente.
Esto afectará los acuerdos con patrocinadores: “Cada vez que había un campeonato se incrementaban los precios, ahora deben mantenerse, sabiendo que los patrocinadores también pasan por una situación complicada y que no se les están dando todos los beneficios pactados en anteriores contratos”.
La Liga de Expansión (antes Ascenso MX) es un ejemplo de que las marcas se han dado de baja a partir del segundo semestre del 2020. El Atlante, uno de los equipos de mayor prestigio en esa división, dejó de portar patrocinios como los de Coca-Cola, Caliente y Mediotiempo y solo se quedó con uno en su uniforme (Betcris). “En Segunda División, los patrocinadores sí se podrían bajar del barco o dar menos dinero ante la situación actual”, resalta Rosendo Lorenzo, ex gerente de Keuka y Voit.
Con experiencia en la dirección administrativa del Celaya, explica que los ingresos de taquilla por un día de partido pueden ascender a 3.7 millones de pesos en la Liga MX, lo que ayuda a cubrir gastos operativos como limpieza del estadio, arbitrajes y elementos de seguridad, un ingreso perdido entre las gradas vacías. Estima, además, que el costo de una temporada para un equipo de Primera División puede ascender a 20 millones de dólares, mientras que en Liga de Expansión la cantidad es de entre cuatro y cinco millones.
En el caso de la LNBP, el presidente Sergio Ganem asegura que “ante las grandes crisis, también existen grandes oportunidades”. El basquetbol tuvo una temporada inédita en la que ganó 60 millones de espectadores en diversas plataformas de streaming y televisión, además de un aumento del 200% de demanda de merchandising y sumaron a nuevos patrocinadores globales.
Ganem y la LNBP se preparan para una segunda temporada consecutiva sin público, pero con estrategias de impulso económico. Una de ellas es fortalecer la monetización del streaming, a lo que califica como “la fortaleza más grande que pudiéramos tener”, y con la cual, estima, podrían reducir los gastos por protocolos sanitarios de 23 millones de pesos a cuatro o cinco.
Otra estrategia en mente es buscar la estandarización del merchandising como en el modelo de ventas de la NBA, para que los aficionados puedan comprar accesorios de cualquier equipo a través del sitio web de la LNBP.
“Esta situación no va a durar para siempre, hay que aprender. Creo que la capacidad de adaptación ante una situación adversa te hace ser mejor persona y mejor organización”, enfatizó Ganem, que lleva cinco años al frente de la máxima liga de basquetbol en México.
Refiere que también está en contacto con los dirigentes del beisbol para hacerle frente a la pandemia: “Estamos muy de la mano con la LMB y la LMP, en coordinación de comunicación muy importante. Compartimos territorios, patrocinadores, y afición, por eso todos estamos tratando que el entretenimiento deportivo en México vuelva a la normalidad a la brevedad posible”.