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Disciplina y conciencia para una Champions atípica

El comportamiento de los miembros de los equipos para cuidar el control sanitario es clave en la planeación de los viajes en medio de las restricciones de Covid-19.

El trabajo de las autoridades en el establecimiento de estrictas medidas sanitarias, así como el comportamiento de los miembros de los equipos y su disciplina, permiten que el balón vuelva a rodar en las más grandes competencias internacionales como será este fin de semana en los encuentros de octavos de final en la Champions League.

La UEFA ha mostrado poca flexibilidad al desacato de los protocolos para la reanudación de sus competencias, pues “no hay ninguna razón para preveer un plan B”, según aseguró el organismo a finales de junio cuando se dio un reconfinamiento en Lisboa, sede del Final 8, un formato inédito implementado a partir de la emergencia sanitaria. La capital de Portugal albergará los encuentros de cuartos de final, semifinales y la final a manera de tener un mejor control sanitario.

El resumen del torneo trasladó la final de Estambul a Lisboa donde El Estado Portugués, la Federación Portuguesa de Futbol y la UEFA han trabajado en estrecha colaboración para la organización del evento. En mayo, una persona en condición de anonimato con conocimiento de la planificación indicó a The Associated Press que era probable que la elección de la nueva sede estuviera determinada por la logística de viaje en medio de las restricciones de Covid-19 y la capacidad de implementar la higiene y las pruebas necesarias.

Los protocolos incluyen no permitir que los equipos abandonen Lisboa hasta terminar su participación. El organismo también tiene claro que los partidos se desarrollarán siempre que se cuente con 13 jugadores disponibles y sólo en caso de que no exista entre los 13 un portero, se podría posponer el juego; también abarca la posibilidad de dar el partido por perdido a un club que no pudiera jugar.

Los últimos partidos de octavos se celebrarán en los estadios donde estaban programados desde el principio, un conflicto en primera instancia para el Real Madrid. Durante la última semana de julio el Gobierno británico impuso nuevamente la cuarentena a los viajeros procedentes de España a causa de los repuntes en los casos de coronavirus, el Real Madrid fue la excepción a la regla pues días más tarde contaban con un compromiso en el Estadio Ciudad de Manchester para enfrentar a los “Citizens” en los octavos de final.

Fernando Palomo, talento de ESPN, explicó: “Se tomó por medida excepcional y extraordinaria que los miembros del reducido plantel del Real Madrid  pudieran entrar a Inglaterra sin la necesidad de pasar por esta cuarentena, asumiendo también que no viajan como pasajeros normales. Es un grupo de jugadores, cuerpo técnico, dirigentes, que han pasado en España por estrictos controles reguladores del Covid-19, lo hicieron desde que volvieron de la pausa por la finalización de LaLiga y lo han hecho regularmente cada 72 horas. No es como todos los casos, sino que viajan con múltiples pruebas que certifican que no sufren el contagio del virus”.

¿Cuál ha sido la clave para que en Europa se pueda realizar una competencia como la Liga de Campeones?

“Disciplina. Hay una conciencia inmensa de parte de los jugadores de cualquier nivel. Hubo casos aislados, sobre todo en la segunda división de España, donde se reportaron exámenes positivos en grandes cantidades, pero en el 95% de los casos te diría que todo ha sido producto de la disciplina, los equipos han entendido cuál es el patrón de comportamiento que deben seguir para que ellos mismos sepan proteger a su profesión y a su deporte”, dijo el periodista deportivo de la cadena deportiva.

Palco 23 documentó que Lisboa prevé un impacto económico de 50 millones de euros al albergar siete partidos, según un estudio elaborado por el Instituto Portugués de Administración y Marketing (Ipam). Pese a las recomendaciones en la movilidad y a que el torneo se contempla a puertas cerradas, se calcula que unas 16,000 personas viajarán a Lisboa, además de otras 3,000 entre personal de los equipos, UEFA y prensa.

“La mitad de la recaudación procederá del gasto en restauración, viajes y otras actividades turísticas. El resto se derivará de la inversión publicitaria, los eventos que se realicen y otras operaciones comerciales a través de las que el país y la ciudad tendrán visibilidad”, puntualizó el medio español.

Por su parte Diario As reportó que la final de la Liga de Campeones en Lisboa en 2014 protagonizada por el Atlético de Madrid y el Real Madrid, resultó en 46 millones de euros en impacto económico a la capital de Portugal, mientras que la final del 2019 en Madrid generó cerca de 60 millones y provocó el traslado de 150,000 fans.

fernanda.vazquez@eleconomista.mx

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