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Los años de sacrificio no se olvidan por ganar dinero

El bicampeón de la justa se construyó en Huancayo; recuerda que hace un año lloró con su familia por el éxito.

A las 7:30 de la mañana empieza el zapateo en el estadio de Huancayo. Dicen que no hay otro lugar en Perú en el que se corra más que ahí. Dicen también que de esta ciudad salen los mejores maratonistas de ese país.

Imparables. Como Raúl Pacheco, un maratonista que no conforme con haber roto el dominio africano el año pasado, se convirtió en el primer bicampeón peruano del Maratón Internacional de la Ciudad de México al parar el cronómetro en 2:18.25 horas.

Dedico este triunfo a mi familia... a mi pueblo . Huancayo, una localidad de apenas 380,000 habitantes ya tiene a su héroe, un hombre nacido el 26 de abril de 1979 con ánimos de conquistar a zancadas el mundo.

Tirita Pacheco, de 35 años, quien es conocido en Perú como Chasqui Huanca, una combinación de chasqui, el nombre del correo personal del Inca que corría grandes trayectos para llevarle los mensajes secretos al emperador, y huanca, una población guerrera y tenaz.

Cuenta, mientras exige a las piernas que lo sostengan, pese a que han terminado molidas tras los 42.195 kilómetros de recorrido, que empezó a correr hace más de 10 años, allá en Huancayo, cuando había escaso apoyo para el deporte. Nuestra generación demostró que así como en Kenia y Etiopía, había deportistas capaces de triunfar en las más importantes competencias del mundo. Mis compañeros y yo lo hemos demostrado.

El año pasado y hoy, México es evidencia de lo que digo. Recuerdo que hace un año cuando llegué a la meta, creyeron que era mexicano. No podían creer que era peruano. Estaban acostumbrados a que ganaran los africanos o algún deportista local , explica Raúl Pacheco, quien está casado, es padre de un niño de tres años y profesor de educación física.

Y es que para el corredor de apenas 1.64 metros de estatura y quien ha hecho frente a los dominantes fondistas africanos, correr se ha convertido no sólo en una manera de satisfacer su hambre de triunfo sino también de tener una vida mejor, aunque, confiesa, no se acostumbra aún a ver su cara en los diarios, en la tele y a ser una figura reconocida en Huancayo.

Mi papá es albañil. Jamás se imaginó que uno de sus hijos aparecería en los periódicos. Mis padres hablan quechua, la lengua de los antiguos peruanos. Recuerdo que cuando el año pasado vieron mi foto en los diarios, con la medalla de ganador del Maratón de México en el cuello, todos lloramos de alegría. Fueron muchos años de privaciones, sacrificios y sinsabores. Eso nunca se olvida, aunque tengas mucho dinero , relata Pacheco.

Pacheco nació en una casa de adobe en Chilca, un poblado en las afueras de Huancayo. Es el tercero de ocho hermanos y es uno de los dos Pacheco que han elegido correr como profesión. Mi hermano el más pequeño, tiene como 20 años, se llama Christian... pero él corre distancias chicas, 10 kilómetros... a mí sí me gusta correr más , presume mientras sonríe.

El bicampeón del Maratón de la Ciudad de México es resultado del programa Maratonistas 2012-2016, implementado el 19 de noviembre del 2012 por las autoridades del Instituto Peruano del Deporte (IPD), encabezado por el mexicano Rodolfo Gómez.

Su tarea es seleccionar y entrenar a atletas de las localidades andinas de Huancayo, Arequipa, Cerro de Pasco, Huancavelica, Huaraz, Cusco y Puno para que participen en competencias internacionales. Gómez, ganador de las maratones de Tokio (1981), Atenas (1982), Pittsburgh (1984) y Ciudad de México (1987), entre otras, se ha propuesto que los peruanos ganen medallas olímpicas.

Mucho de este triunfo se lo debo al profesor Rodolfo. Él nos cambió la mentalidad de pensar que podíamos ganar , dice Pacheco. Y eso es verdad. Al menos así lo explica José Castillo, uno de los entrenadores de Raúl. Era un burro. O sea, el que aguanta el entrenamiento más intenso. Hace tiempo que Pacheco hubiera ganado una medalla olímpica , explicó Castillo hace tiempo en una entrevista para el diario peruano La República.

Pero quizás aún no es tiempo. En los JO de Londres 2012 Pacheco quedó en el puesto 21, de un total de 88 que llegaron a la meta. Sin embargo, espera mejorar para Río 2016. Al llegar a la meta en Londres me sentí como si hubiera ganado la medalla de oro.

Ahora mi mente, espíritu y cuerpo están concentrados en la próxima olimpiada. Justamente el programa del profesor Rodolfo Gómez tiene ese objetivo. Venceremos , dice Pacheco, mientras tirita por última vez, antes de posar para los últimos clics de las cámaras y sonreír, con la esperanza de que su foto en los periódicos de llegue a Huancayo y aliente a aquellos corredores del estadio de su pueblo... con la esperanza de volver a hacer llorar de alegría a sus papás.

cristina.sanchez@eleconomista.mx

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