Woods, en su mejor momento, quiere conquistar Augusta

Creo que la vida es tener un balance, y me siento en equilibrio , asegura Tiger Woods previo a iniciar su ronda preliminar en el Masters de Augusta, el primer Major del año en el cual tiene una sequía desde el 2005, última vez que vistió la chaqueta verde de ganador del torneo.

Y es bien cierto que el número uno del mundo vuelve a Augusta en su mejor forma. No sólo a nivel deportivo, sino también a nivel físico. Y es que uno de los grandes motivos que han hecho que Tiger vuelva a ser Tiger es la exitosa operación de su rodilla derecha, que el algún momento le hizo pensar en el retiro.

Pero Woods ha sabido reponerse. No sólo de su rodilla, sino de los reveses que le ha dado la vida. Sus relaciones extramaritales revelaron un cataclismo que lo llevó, en el 2009, a una acelerada caída desde los niveles más altos que había alcanzado. Cuatro años después, su vida se ha relajado e incluso la ha mantenido más en privado, sobre todo en su relación con la esquiadora Lindsey Vonn , asegura Ewan Murray, en su blog Talking Sport del periódico The Guardian.

Si al plano personal se le suma además que Tiger ha tenido uno de los mejores inicios de temporada, al haber ganado ya cuatro de los seis torneos en los que ha participado, parecería casi inminente que el estadounidense podría conseguir el título en Augusta.

Aunado a ello, el desempeño de Woods en el green ha sido impresionante en esta temporada de la PGA: en 17 rondas, 22 putts ha salvado, casi 1.5 por ronda, número uno en el Tour en este concepto. Aunado a ello, es número uno en promedio de score: 68.33 golpes.

Sin embargo, el camino de Tiger no será fácil. El Masters es un ejemplo de torneo donde Woods se enfrentará a jóvenes jugadores que no tienen mucha experiencia y, por lo tanto, tampoco miedo a enfrentársele como lo tenían sus oponentes hace 10 años , asegura Murray.

Se suma también la sequía que ha tenido en Augusta desde el 2005, último año que se coronó en la justa y su falta de triunfos en un Masters, el último que consiguió fue el US Open en el 2008.

En contraparte, el apoyo que la gente le ha devuelto tras sus problemas personales y deportivos le dará a Woods un aliciente para volver a conquistar al mundo, pues la expectativa que genera su participación en Augusta, a decir de los organizadores, es extremadamente alta.

No obstante, la mentalidad del número uno del mundo siempre será su gran fortaleza. Apenas hace un par de semanas, tras haberse coronado en el Arnold Palmer, fue cuestionado acerca de si tenía esperanzas de recuperar su fino toque. Su respuesta fue más que elocuente: No quiero volver a ser tan bueno como era antes. Quiero ser mejor . Y parece que lo será.

cristina.sanchez@eleconomista.mx

RGS