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Brasil busca evitar la guerra cambiaria
La nación sudamericana ha denunciado el método que usan algunos países como solución para enfrentar la crisis.
Brasil aplaudió que el G-20 haya reiterado su compromiso de evitar una guerra de divisas, pero advirtió que su país se mantendrá vigilante contra las desvalorizaciones competitivas de las monedas que perjudiquen a los países emergentes.
Nuestra tesis, es una que está contemplada , indica en el comunicado emitido al cierre de una reunión del grupo de países desarrollados y emergentes en Washington, en el sentido de que tenemos que evitar la guerra cambiaria , estimó el ministro de Finanzas de Brasil, Guido Mantega, en una rueda de prensa.
Ahora, si en la práctica eso acontece o no, tenemos que verificar y seguir vigilantes , comentó.
Brasil denuncia desde hace años la guerra cambiaria derivada de las políticas monetarias expansivas que algunos países, como Estados Unidos, usan como método para enfrentar la crisis, lo que llevó a la valorización del real frente al dólar.
En la reunión del G-20, los países emergentes manifestaron nuevamente su preocupación por ese exceso de liquidez en la economía mundial que acaba desvalorizando las monedas de los países que hacen expansión monetaria, perjudicando a los demás países , refirió Mantega.
Mantega explicó que entendía que el comunicado se limitara a hacer un llamado a tener presentes los efectos negativos no intencionados de las políticas expansivas, porque en esos textos se plasma un mínimo denominador común que puede recibir el visto bueno de todos los miembros del G-20.
El Ministro brasileño se mostró comprensivo con Japón, quien implementó políticas que debilitaron el yen, porque éstas responderían a la prolongada deflación del país.
Por otro lado, los países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) insistieron en la reunión del G-20, en la necesidad de que avance la reforma del Fondo Monetario Internacional que estos países exigen para alcanzar un mayor poder de decisión en la entidad.
Este grupo de potencias emergentes anunció el mes pasado en una cumbre en Durban, Sudáfrica, su intención de crear su propio banco de desarrollo para reducir su dependencia de instituciones financieras occidentales, cosa que no es mal vista por el G-20.
