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Economía

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CDS son un peligro oculto

El lenguaje coloquial ha cambiado mucho de un tiempo a esta parte. Deuda soberana, prima de riesgo, diferencial o bono alemán a 10 años son expresiones que se han colado en las conversaciones diarias de millones de europeos cada vez más preocupados.

El lenguaje coloquial ha cambiado mucho de un tiempo a esta parte. Deuda soberana, prima de riesgo, diferencial o bono alemán a 10 años son expresiones que se han colado en las conversaciones diarias de millones de europeos cada vez más preocupados. Los CDS no están tan a la orden del día, pero después de la caída de Lehman Brothers y el casi colapso financiero mundial, que se produjo por el efecto en cascada de la activación de los seguros de cobertura contra impagos (eso son los CDS) sobre hipotecas subprime y el rescate público de la aseguradora AIG que esto provocó, han ganado mucha popularidad.

Y es que los CDS tienen la capacidad de multiplicar de forma exponencial el riesgo. De ahí su peligro..., y su leyenda negra. AIG fue nacionalizada porque tenía una exposición a derivados de más 1 billón de euros, según sus propias cifras, lo que significa que su quiebra hubiera repartido números rojos multimillonarios entre todos los inversionistas que hubieran asegurado con ella algún riesgo.

A su lado, Lehman parece casi inofensivo: sólo dejó en el aire derivados por valor de 400,000 millones de dólares y todavía están recientes en la memoria los efectos de esa caída. AIG, por tanto, simplemente no podía caer.

Los Credit Default Swaps (de ahí la sigla) vuelven ahora a condicionar el futuro de Europa y a hacer mundiales las ramificaciones de lo que pueda suceder en el viejo continente. Y es que, igual que las hipotecas subprime tenían CDS como cobertura y el poseedor de casi cualquier activo puede tener un seguro contra su impago, también la deuda soberana puede estar cubierta frente a la amenaza de pérdidas.

El Banco de Pagos Internacionales (BIS, sigla en inglés) acaba de poner cifras a estas coberturas en su informe de noviembre. El volumen bruto nominal de CDS comprados y vendidos para asegurar impagos en deuda soberana alcanzaba al cierre del primer semestre 2.9 billones de dólares. Esta cifra no es muy elevada con respecto al total de CDS que hay en el mundo (32.4 billones de dólares), pero es la partida que más crece dentro de esa amalgama total. Frente a un alza de 8% en estos contratos desde el 2010, los CDS soberanos (por así llamarlos) habrían crecido cerca de 15%, aunque el BIS no da cifras totalmente comparables de cierre del 2010.

Tampoco hay datos desagregados por naciones o zonas geográficas. Es decir, esos CDS pueden estar en manos de inversionistas estadounidenses con deuda japonesa en su cartera o en manos de fondos taiwaneses con exposición a bonos griegos. Lo que sí se sabe es que el riesgo está muy concentrado en zonas muy sensibles del mundo. Según cifras oficiales del Departamento del Tesoro de EU, cinco bancos controlan 95% de los riesgos en derivados asumidos por la banca de Estados Unidos.

Goldman Sachs y JP Morgan han revelado al supervisor de los mercados de EU, la Securities Exchange Commission, que habían vendido CDS por más de 5 billones de dólares en el tercer trimestre del año, según Bloomberg. Lo que ocultan ambas entidades es qué cantidad de esos CDS es para proteger deuda de países rescatados, como Portugal, Irlanda o Grecia, o que están en el punto de mira, como Italia y España.

Y hay otro condicionante más. Nadie se pone de acuerdo en cómo hay que computar los CDS, si por el nominal (los contratos vendidos más los comprados) o intentar llegar a una cifra neta.

Los 2 billones largos de euros en CDS que planean sobre la deuda soberana actúan como una losa, ahora que media Europa tiene los diferenciales disparados. En caso de que algún país, además de Grecia, incumpla sus pagos y se activen efectivamente los CDS, las ramificaciones serían incalculables.

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