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Economía

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La oportunidad de la crisis

La pérdida de 95,000 empleos en Estados Unidos durante septiembre ha venido a confirmar que la desaceleración de dicha economía es una realidad.

La pérdida de 95,000 empleos en Estados Unidos durante septiembre ha venido a confirmar que la desaceleración de dicha economía es una realidad.

Con esta cifra se acumulan cuatro meses de retroceso y una disminución de 393,000 fuentes de trabajo. Particularmente delicada es la situación que exhibe el sector de la construcción, el cual prácticamente se encuentra sumido en el precario nivel al que lo arrojó la recesión y sin poder vislumbrar un horizonte más promisorio.

Adicionalmente existe un signo que la economía mexicana no debe desdeñar y es el correspondiente a la dinámica que tiene sector de las manufacturas.

En septiembre, los estadounidenses sumaron la segunda disminución en las plazas contabilizadas en dicha actividad fabril, justamente la de mayor importancia para la producción industrial de México.

Si bien es cierto que la baja de 34,000 empleos todavía no refleja una contracción excesiva, sí señala que la expansión del sector motor de las exportaciones mexicanas está atenuando su ritmo de crecimiento, lo cual se traducirá en que durante el último trimestre del año el país enfrentará un entorno económico menos favorable.

La desaceleración tocará al mercado interno de EU, fundamentalmente porque la tasa de desempleo de 9.6% es similar a la observada en la parte más álgida de la crisis, implicando que difícilmente se podrá reactivar el consumo y la compra de vivienda en Estados Unidos.

Evidentemente, ello reclama un fuerte viraje en la política económica aplicada a México, obligando a que se busque fortalecer al mercado interno y, con ello, se logre desarrollar un verdadero contrapeso a los vaivenes que los países desarrollados vivirán en los siguientes años.

El mejor ejemplo de los beneficios que una sólida economía interna representa para un país lo constituye las economías emergentes de Brasil y China, que a pesar de la recesión han logrado mantener un patrón de crecimiento sostenido basado en la fortaleza de su mercado interno y su alta competitividad exterior.

¿Cómo lo han logrado? Mediante programas estratégicamente diseñados para fortalecer sus capacidades productivas, de generación de empleo y aumento en el ingreso de sus habitantes. Lograr que los beneficios del crecimiento lleguen hasta el bolsillo de los trabajadores es la única manera de incentivar el desarrollo del mercado interno y de lograr superar el problema de pobreza, garantizando con ello que la estabilidad social está bien cimentada, una lección que en México no se ha entendido, pero que se deberá atender si se quiere cambiar el rumbo del país.

*El Dr. José Luís de la Cruz Gallegos es director del Centro de Investigación en Economía y Negocios Tecnológico de Monterrey, campus Estado de México.

jldg@itesm.mx

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