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El Empresario

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Sombra aquí, sombra allá para emprender maquillando

Gran parte de las maquillistas incursionan por huir de situaciones de violencia o por tener independencia económica.

Gran parte de las maquillistas incursionan por huir de situaciones de violencia o por tener independencia económica.

Cuando Graciela era niña, veía feliz a su mamá maquillándose para ir al trabajo, pues encontraba muy interesante el cuidado que ponía, siempre impactada de lo linda que quedaba su mamá con unos cuantos productos. Hoy ese gusto es la fuente de ingresos en su hogar en el Estado de México, con lo que gana hasta 8,000 pesos a la quincena.

“Siempre me gustó pero fue hasta que era adolescente que pude usarlos. Quería ser la más linda, empecé a practicar y con el tiempo pude tomar cursos y ahora maquillo a mujeres para sus fiestas, para el trabajo y a veces más artísticos, como disfraces. De ahí mantengo a mis dos niños”, relató a El Economista.

Hace tres años, cuando trabajaba vendiendo ropa, se animó a tomar un curso de maquillaje, aunque lo vio como un hobbie, vio potencial para hacer dinero. Cuando el papá de sus hijos la abandonó, de ahí se apalancó.

Berenice es otra mujer mexiquense, que hace seis años tomó un curso de maquillaje y corte de cabello para comenzar su propio negocio. Se inscribió al Cedva y por 3,000 pesos, obtuvo un kit con bases, brochas, correctores, sombras, entre otros accesorios, así como 10 horas de capacitación para aprender a maquillar para eventos sociales, fantasía y cócteles.

Y mírate, mírate

Al igual que Graciela y Berenice, miles de mujeres ven en el maquillaje una opción para comenzar su propio negocio, lograr su independencia económica.

Graciela, por ejemplo, cobra aproximadamente 1,500 pesos por un maquillaje para boda o XV años, dependiendo de qué quiera la clienta, mientras que para alguien que va a un bautizo el precio pueden ser de 300 pesos. En ocasiones ha ganado hasta 8,000 pesos en dos semanas entre maquillajes de eventos y fantasía. Por la pandemia, la demanda bajó, pero en esta temporada navideña ha mostrado una mejoría.

Berenice comenzó a trabajar en una estética, donde estuvo un año y ganaba desde 220 pesos por maquillajes sencillos, hasta 1,300 por algo más elaborado como los de quinceañeras o novias. Al mes, llegaba a obtener 7,000 pesos, ya que la mayor demanda eran los cortes de cabello.

Un espejo de cristal

Kenneth Campbell, Presidente y CEO de L’Oréal México mencionó que una forma en que las mujeres pueden sumarse al mercado laboral es a través de la belleza y el maquillaje, pues podrán tener su independencia y comenzar carreras fructíferas. Ante esto, se creó el programa Belleza por un futuro, que ha enseñado a más 800 mujeres, a ser maquilladoras profesionales.

“Ser maquillista profesional es una labor que inspira y deja grandes satisfacciones”, dijo Campbell durante la graduación de la quinta generación de maquilladoras que suman 600 en todo el país.

El objetivo, detalló, es ayudar a aquellas mujeres en situación de vulnerabilidad como bajos ingresos económicos o violencia, para que a través de algo que les gusta como maquillarse, puedan salir de esas situaciones.

Coeditora El Empresario. Periodista especializada en temas de emprendimiento, management, cultura laboral, capitalismo consciente, liderazgo, economía circular y sustentabilidad.

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