Cuatro pilares estructurales del Presupuesto Base Cero

La iniciativa privada enfrenta retos importantes para crecer a largo plazo de manera sostenida. El entorno, tanto local como global, se ha vuelto más competitivo, y los servicios y jugadores no convencionales cada vez son más variados e innovadores. Las compañías buscan fortalecer la gobernabilidad corporativa, liberar recursos para responder a sus necesidades de crecimiento, establecer una estructura de costos y gastos competitivos, y asignar recursos a actividades que generen mayor valor.

¿Cómo enfrentar este panorama volátil y complejo? ¿Cómo reducir la presión de costos? ¿Cómo lograr un desarrollo sostenido sin incrementar, año con año, los gastos? Una parte clave de la fórmula que responde a estas cuestiones es el Presupuesto Base Cero. Esta metodología se convierte no sólo en una estrategia de eficiencia, sino en un motor de transformación que permite enfocar recursos en áreas que habiliten el crecimiento.

De acuerdo a una investigación de Accenture, sólo el 51% de las empresas que implementan programas tradicionales de reducción de costos, son capaces de mantener el ahorro durante uno o dos años. Este método brinda la oportunidad de tener ahorros sostenidos a largo plazo y además, por medio de estos ahorros, permite desarrollar, en paralelo, estrategias de reinversión que tengan un impacto contundente para las organizaciones.

Lo primero que se requiere para implementar Presupuesto Base Cero es definir las prioridades estratégicas del negocio; identificar los fondos que no estén encaminados hacia ellas y direccionar el presupuesto hacia los objetivos estratégicos. Su implementación se basa en cuatro pilares estructurales:

1. Visibilidad forense : uno de los principales retos para los ejecutivos es lograr un análisis exhaustivo y gradual de los gastos. Un manejo de costos mejorado puede llevar a la reubicación de entre el 15 y el 35% de los gastos.
2. Ahorros sostenidos: la clave para generar ahorros constantes, es aumentar el sentido de responsabilidad sobre el gasto, al lograr que los empleados manejen el dinero de la compañía como si fuera suyo. Establecer una política de consumo inteligente ayudará a que el manejo y ahorro de costos se integre en la cultura de la empresa.
3. ADN base cero: el manejo estratégico de costos sólo funcionará si toda la estructura corporativa adopta la nueva mentalidad de ahorro. Desarrollar esta cultura alrededor de la metodología Base Cero, implica que los empleados entiendan la necesidad de transformación, en la cual los ejecutivos senior son responsables de dar el ejemplo. El manejo óptimo de costos debe volverse parte del ADN de la empresa, es decir, integrarse como parte de su cultura, y al mismo tiempo ser un diferenciador de liderazgo.
4. Reinversiones para crecer: la reducción estratégica del gasto permite que los ahorros se reinviertan en las áreas de la compañía que impulsen la innovación y la productividad. Al tiempo que se logran las implementaciones para ahorrar, se deben desarrollar estrategias de reinversión que generen crecimiento. Este es el factor decisivo para lograr que el Presupuesto Base Cero tenga un alcance más profundo y no se quede solamente como una metodología para reducir gastos.

Existen ejemplos exitosos de la aplicación de Presupuesto Base Cero, en donde empresas multinacionales han conseguido hacer ahorros multimillonarios y extender sus alcances. Mondel?z International, compañía global de consumo, logró grandes avances siguiendo dicha estrategia. Durante el año fiscal 14, ahorró 350 millones de dólares en gastos y se proyecta que sus ahorros asciendan a mil millones de dólares en tres años. La empresa planea incrementar sus márgenes operativos de un 14 a 16% para 2016, y en el año pasado expandió sus operaciones en India, Turquía, Hungría, Irlanda, Reino Unido y Estados Unidos.

La metodología de Presupuesto Base Cero no es nueva, lo novedoso es el alcance extendido que ofrece: la reinversión estratégica que da la oportunidad de ser más eficiente, incrementa la productividad y promueve la innovación. Sin duda, su aplicación conlleva grandes desafíos: tener un cambio efectivo de cultura organizacional, mejorar los procesos internos y hacer un despliegue tecnológico eficaz, todo apuntalado por un nítido entendimiento de las dinámicas del negocio. Los resultados pueden llevar a un desarrollo sostenido del modelo de negocio. Las compañías deben conectar, directa y claramente, esta reducción de costos con sus planes de crecimiento estratégico, gastando de manera inteligente para conseguir más y así impulsar su competitividad a largo plazo.

Juan Pinedo es Director de Estrategia de Accenture México

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