Un riesgo, compras sin control

La experta en Psicología Clínica de la Universidad Autónoma de Querétaro, Carolina Barrera, alertó sobre el riesgo financiero que implican las compras compulsivas de fin de año.

La especialista explicó que los compradores compulsivos atraviesan por capítulos de insatisfacción personal y en las compras encuentran lo que les falta para sentirse completos con su vida, es el comportamiento que tiene un adicto, incluso puede hablarse de periodos de abstinencia , afirmó.

Esta patología puede explicarse con la historia familiar, pues según estudios se ha identificado que aquellas personas que padecen esta adicción son personas que se desenvuelven en un ambiente donde las cosas materiales son el motivo principal de su funcionamiento como sistema familiar.

En la temporada navideña, hay una gran predisposición a que muchas personas que no padecen de esta enfermedad puedan presentar alguno de los síntomas, por la fiebre de consumo por el gasto en los regalos familiares.

Problemas financieros

Además de los problemas en la salud mental, el comprador compulsivo enfrenta sus problemas financieros, ésta es una cosa de autodisciplina, porque una vez que uno es mayor, pues obviamente nadie le estará escondiendo la tarjeta aseveró el delegado de la Condusef en Querétaro, Antonio Castillo Willars.

Una conducta compulsiva al comprar mete en serios problemas financieros a las personas, son casos realmente dramáticos porque hay casos como el de una persona que pedía que le ayudáramos a organizarse, pero esta persona debía más de 500,000 pesos en diferentes tarjeta de crédito y tenía un salario menor a 8,000 pesos, y salir de esa situación tan crítica con un salario de ese tamaño, pues no hay salida , explicó.

Tarjetas sobregiradas, grandes volúmenes de deuda y, en muchos casos, presión de las agencias de cobranza son los primeros resultados negativos de un comprador compulsivo, para después llegar a los embargos o juicios mercantiles.

Generalmente la cobranza no la hacen las instituciones financieras, sino agencias de cobranza y lo peor es que estas personas no son nada cautelosas para cobrar, más bien son incisivas, algunas veces hasta insultan indebidamente y, a pesar de que hay códigos de ética para hacer las cobranzas, pocos son los que respetan y los deudores tienen que enfrentar esos abusos derivado del abuso en el gasto, explicó Castillo Willars.