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Geopolítica

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Fuerzas militares en Ramadi huyen ante el Estado Islámico

Imagenes en internet muestran camionetas y otros vehículos con soldados que supuestamente escapan a gran velocidad de Ramadi.

Bagdad. RAMADI, La capital de la provincia de Anbar en Irak, cayó ante militantes del Estado Islámico.

Cientos de policías, soldados y combatientes tribales abandonaron la ciudad, lo que provocó que el primer ministro iraquí pidiera a las milicias chiitas iraníes alinearse y unirse a la lucha para recuperar el control.

La caída de Ramadi representa una gran victoria para el Estado Islámico, asestando un profundo golpe para el gobierno iraquí, que es respaldado por Estados Unidos y esta encabezado por el primer ministro de Haider al-Abadi, y su campaña militar para conducir el grupo extremista fuera del país devastado por la guerra. Apenas 24 horas antes, los funcionarios en Bagdad anunciaron que refuerzos militares habían sido enviados para defender la ciudad, capital de la provincia más grande de Irak, contra un asalto brutal que comenzó el jueves.

Los acontecimientos del domingo, incluida la decisión de Abadi de desplegar milicias chiitas al corazón sunita del país, podría complicar la campaña liderada por Estados Unidos dirigida contra el grupo extremista, que en los últimos días ha incluido ataques aéreos estadounidenses contra posiciones militantes en Ramadi, en un esfuerzo por mantener la ciudad en manos del gobierno.

Durante el día, militantes islamistas publicaron una declaración en redes sociales que describe los eventos del domingo como un éxito militar importante, diciendo que el grupo había impuesto su control sobre todo Ramadi .

En Mosul, la segunda ciudad más grande de Irak, que el grupo capturo en junio, hubo fuertes celebraciones callejeras donde los combatientes involucrados dispararon armas automáticas al aire y repartieron dulces, de acuerdo con un residente en la ciudad.

En una señal de la gravedad de la situación en Anbar, la orden del primer ministro sobre las milicias chiitas se produjo apenas horas después de la reunión del consejo provincial de Anbar, que votó a favor de permitir que las fuerzas irregulares -conocidas como Unidades de Movilización Popular- participen en la lucha para recuperar la ciudad.

Diplomáticos, analistas e iraquíes dicen que las milicias poderosas amenazan con socavar el gobierno de Irak, así como las relaciones sectarias delicadas en el país. Con la ayuda de Irán, milicianos chiitas llevaron a cabo decenas de ataques contra soldados estadounidenses cuando las fuerzas estadounidenses todavía estaban luchando en Irak. Pero más recientemente, las milicias han demostrado ser una fuerza crucial para volver a tomar el territorio incautado por el Estado Islámico.

La retirada de tropas hizo recordar el derrumbe de la policía y fuerzas armadas iraquíes a mediados del año pasado, cuando el Estado Islámico lanzó una ofensiva en Irak y se apoderó de una tercera parte del territorio.

Un funcionario de la policía sostuvo que las fuerzas que se retiraban abandonaron unos 30 vehículos y armamento, entre el que había fusiles de asalto y artillería.

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