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Geopolítica

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Liga Arabe pide un calendario para la aplicación del plan Annan en Siria

Los países de la Liga Arabe pidieron este sábado a la ONU fijar un calendario para la aplicación del plan de paz del emisario internacional en Siria, Kofi Annan, y que lo vincule al Capítulo VII de su Carta para imponer sanciones a Damasco y la ruptura de relaciones diplomáticas.

Los países de la Liga Arabe pidieron este sábado a la ONU fijar un calendario para la aplicación del plan de paz del emisario internacional en Siria, Kofi Annan, y que lo vincule al Capítulo VII de su Carta para imponer sanciones a Damasco y la ruptura de relaciones diplomáticas.

El plan de paz del mediador de la ONU y de la Liga Arabe, Kofi Annan, que prevé en primer lugar el fin de las hostilidades, no registró avances desde hace semanas y Siria está al borde de la guerra civil, según numerosos dirigentes internacionales.

La violencia alcanzó niveles totalmente inaceptables", denunció el sábado Kofi Annan en una reunión de la Liga Arabe en Doha, agregando que "el espectro de una guerra total, con una dimensión confesional inquietante, aumenta día a día".

En un comunicado publicado al término de la reunión extraordinaria, los ministros de Relaciones Exteriores de los países miembros de la Liga Arabe exhortaron al Consejo de Seguridad de la ONU a "tomar las medidas necesarias para garantizar la aplicación total e inmediata del plan de (...) Kofi Annan según un calendario bien definido, y ello recurriendo al Capítulo VII de la Carta de Naciones Unidas".

Con este recurso los ministros piden "la suspensión parcial o total de las relaciones económicas, el tráfico ferroviario, marítimo, aéreo, postal, telegráfico y de telecomunicaciones y la ruptura de relaciones diplomáticas" entre Siria y los otros países, según un comunicado.

El Capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas prevé la posibilidad de recurrir a la fuerza en el caso de amenazas contra la paz. Pero cuando se lo interrogaba sobre esta posibilidad, el secretario general de la Liga Arabe, Nabil al Arabi, respondió lacónicamente: "No pedimos ninguna acción militar" contra Siria.

El Consejo de Seguridad debe decidir sanciones económicas o ir más allá", agregó.

FUERZA DE DISUASIÓN

El secretario general de la Liga Arabe propuso por otra parte modificar el mandato de los 300 observadores que están a cargo de supervisar el alto al fuego, violado constantemente desde que entró en vigor el 12 de abril.

Una modificación del mandato de los observadores o la transformación (de este cuerpo) en una fuerza de paz son alternativas" para "supervisar un cese de la violencia", declaró Arabi.

Por otra parte, los ministros también pidieron a la dirección del satélite árabe Arabsat y a la de la Compañía Egipcia de Satélites Nilesat "que tomen las medidas necesarias para poner fin a la difusión de los canales satelitales sirios oficiales y no oficiales", una decisión denunciada como "una agresión contra la libertad de prensa", por el ministerio sirio de Información.

En el terreno, 39 personas murieron por la violencia, de los cuales 22 soldados, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

Las tropas sirias llevaron a cabo operaciones a la búsqueda de militantes contra el régimen en el provincia de Homs (centro), así como en Hama (centro) y Deraa (sur).

En la ciudad de Deraa, seis soldados murieron en combates con rebeldes, según el OSDH. Otros ocho murieron en combates con los rebeldes del Ejército Sirio Libre (ESL, fuerza de oposición compuesta esencialmente por desertores) cerca de Damasco.

Responsables del ESL habían anunciado el viernes que reanudarían sus "operaciones defensivas".

En El Líbano, en donde la revuelta siria aviva las tensiones, diez personas murieron y 31 resultaron heridas las últimas 24 horas en Trípoli (norte) en nuevos enfrentamientos entre partidarios y adversarios del régimen de Damasco, según una fuente de seguridad. A medidados de mayo diez personas habían muerto en circunstancias similares.

WASHINGTON QUIERE TRABAJAR CON MOSCÚ

Los dirigentes internacionales advirtieron los últimos días al unísono del creciente riesgo de guerra civil total, pero dejaron al descubierto sus divisiones en cuanto a la forma de lograr el cese de la espiral de violencia que ha dejado más de 13.400 muertos desde marzo de 2011.

El sábado, la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, subrayó, en una conversación telefónica con su homólogo ruso Sergei Lavrov, la necesidad de trabajar juntos sobre Siria, anunció un responsable estadounidense.

El mensaje de ella para él fue: (...) quiero que nuestros responsables trabajen juntos en ideas en Moscú, Europa, en Washington, dondequiera que sea necesario", agregó.

El presidente ruso Vladimir Putin, indefectible aliado de Bashar al Asad, había descartado el viernes toda sanción de la ONU contra Damasco, así como la partida del dirigente sirio.

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